El 14 de noviembre está marcado en rojo en el calendario de los sindicatos educativos. Y es que ese día los representantes de los docentes y los responsables de la Consejería de Educación se reúnen en la que podría ser “la última” mesa sectorial en la sede del departamento en Barcelona, y que marcará el rumbo de la negociación. En ese encuentro el Govern debe decidir si está dispuesto a hacer frente a las reivindicaciones laborales de la parte social.
Hasta ahora, la postura del conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, ha sido “el inmovilismo”, por lo que esperan notar un cambio de actitud a partir de entonces. “Esperaremos a la última mesa y, si no hay avances, decidiremos qué hacemos”, explican desde Ustec, partidarios de convocar concentraciones para presionar al consejero.
Las líneas rojas de los sindicatos
Por el momento, las múltiples reuniones que han llevado a cabo ambas partes no han dado sus frutos. De hecho, en declaraciones a Crónica Global aseguran que han sido meras “sesiones informativas” en las que el Govern no mostraba una pizca de voluntad de negociar. “El departamento no solo no ha hecho propuestas, sino que ha hecho una memoria de todo lo que ha ido desplegando en los últimos tiempos”, lamentan también desde CCOO.
Los sindicatos ya han hecho llegar en múltiples ocasiones sus quejas laborales, pero la conselleria se las ha vuelto a reclamar ante la reunión del 14 de noviembre. En este sentido, aseguran que no darán un paso atrás y no se conformarán con cualquier oferta, por lo que marcan algunas líneas rojas. El retorno de los estadios a los seis años, la reducción de dos horas lectivas a los mayores de 55 años, la estabilización del personal interino y la equiparación salarial del profesorado de formación profesional (FP) son cuestiones que "sí o sí deben estar contempladas" en los presupuestos de la Generalitat para 2023, tal y como explican desde Profesores de Secundaria. Si no, el sector se volverá a movilizar.
Un Gobierno monocolor
De hecho, la parte social recuerda que las conversaciones se están llevando a cabo en paralelo a las negociaciones de las cuentas, por lo que creen que es un buen momento para que el consejero incorpore sus demandas en el ejercicio presupuestario. Cabe recordar que la Consejería de Economía --de la que penden los números-- ya no depende de JxCat tras su salida del Ejecutivo autonómico, por lo que piden “no ponerlo como excusa”. “Si actualmente esa cartera recae en el mismo partido no tiene que haber ningún problema para que dicten las pautas económicas”, expresan desde UGT.
Además, avisan de que no aceptarán propuestas más allá de esta legislatura: “Cambray no puede ofrecer soluciones a años vista, cuando ni él mismo sabe si seguirá siendo conseller”, alertan los sindicatos, que mantienen la unidad pese a discrepancias menores sobre cuál debe ser la hoja de ruta de las movilizaciones y el plazo límite que se le deba dar al Govern.
Los profesores, “escépticos”
Ante este panorama, recuerdan que cancelaron las dos huelgas previstas para el inicio de curso --tras llegar a un acuerdo con Cambray en la reducción de la hora lectiva en primaria y secundaria--, pero con la condición de retomar el resto de reivindicaciones durante el primer trimestre escolar que finaliza el 31 de diciembre de 2022, agrega Usoc.
Así pues, se activa el reloj para la cuenta atrás. La mesa sectorial de mediados de noviembre será un punto de inflexión en la negociación con unos profesores que, hoy por hoy, son “escépticos”. Dependerá de si el departamento lleva o no propuestas que les convenzan y que den “margen para seguir negociando” hasta Navidad. Pero no confían en desencallar un conflicto laboral que lleva meses enquistado y prevén un inicio de año “movido”.