Las historias de miedo y las leyendas urbanas cobran especial protagonismo, cómo no, en Halloween. Algo usual cuando se trata de la noche más terrorífica y una fecha que ha sido protagonista de las películas y sagas más sangrientas del cine. Este tipo de relatos tienen un denominador común: son estructuras argumentales simples y es, precisamente, por esto, por lo que su viralización es alta.
Son narraciones que pasan de unos a otros y que son fácilmente transmisibles. No tienen ni límites culturales ni territoriales. Es por esto por lo que muchas de las leyendas son similares en diferentes culturas, pese a presentar algunas diferencias argumentales. Lo que sí mantienen todas las narraciones es ese poder de atracción que hace que se cuenten una y otra vez. En este contexto, Halloween se convierte en la fecha perfecta para contar este tipo de crónicas urbanas, reales o no, pero todas escalofriantes.
La mujer de la curva o la autoestopista fantasma
No hay quien vaya por una carretera de noche y no piense en estas dos opciones, objetos de historias para no dormir. Apariciones en carreteras que han dado mucho juego en esto de las leyendas populares. En este caso, el relato que lleva circulando décadas de boca en boca, se inicia cuando un conductor observa a una mujer haciendo autostop en un arcén. Tras recogerla, al pasar por una curva en la carretera, la mujer advierte al conductor de un peligro. Al pasar ese punto y darse la vuelta para agradecer la advertencia, el propietario del vehículo se da cuenta de que ella ha desaparecido. Se ha esfumado. Tiempo después se entera de que en esa curva fue atropellada una joven hace muchos años.
La mujer de la curva es una versión de ese mismo relato. En este caso es solo una aparición en el punto de un siniestro.
La llamada que se hace desde dentro de la casa
Esta historia de miedo tiene como protagonista a la canguro que está al cuidado de varios niños que duermen plácidamente en una casa. De repente y en mitad de la noche comienza a sonar el teléfono. La chica piensa que son los padres que llaman para ver cómo va todo, pero es una voz desconocida que anuncia que matará a los niños a las 22.30 de la noche y que, después, la matará a ella. La canguro cree que es una broma y sigue viendo una película. El teléfono vuelve a sonar. Esta vez va a ver a los niños para comprobar que siguen dormidos. Como así es, la chica vuelve al salón donde suena de nuevo el teléfono. Cuando acude ya aterrorizada a ver cómo están los niños, ya han sido asesinados. El teléfono suena y ella se da cuenta de que la llamada proviene desde la misma casa.
Verónica y el espejo
De todas las historias de miedo con espíritus como protagonistas, esta es la más terrorífica. Un relato, además, que provoca atracción y miedo a partes iguales. En este caso, Verónica es una joven atrapada entre el mundo de los vivos y de los muertos tras ser brutalmente asesinada. En algunas de las versiones tiene otro nombre y varían las causas de su muerte. De cualquier manera, solo hay que ponerse delante de un espejo y pronunciar tres veces su nombre. Esto bastará para ver su imagen reflejada en ese mismo espejo que sirve de puerta entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
No solo los perros lamen
Una niña de 9 años francesa, según esta leyenda, dormía con su perro: un regalo de sus padres para sentirse acompañada. Era habitual que ella dejara caer su mano durante la noche para que el perro la lamiera. Era la forma en la que el animal la tranquilizaba. Una noche, la niña oyó unos ruidos en el salón. Dejó caer su mano y su perro la tranquilizó. Sin embargo, un rato después, al notar que el perro no estaba, fue hasta el salón. Allí yacía el perro descuartizado. En la pared había una pintada que decía: no solo los perros lamen.
Las leyendas urbanas, ¿realidad o ficción? Tal vez sean narraciones de miedo reales que se han ido ficcionando o tal vez son solo invenciones.