Uno de los patios de colegio afectados por el vandalismo en Girona, donde encuentran jeringuillas, botellas y basura / CEDIDA

Uno de los patios de colegio afectados por el vandalismo en Girona, donde encuentran jeringuillas, botellas y basura / CEDIDA

Vida

Jeringuillas, botellas y basura: crece el vandalismo en los patios de colegios de Girona

La escuela Josep Dalmau Carles se ha convertido en el escenario de fiestas ideal para los incívicos, que celebran botellones y utilizan sus instalaciones para esconder, incluso, bolsas con marihuana

18 octubre, 2022 00:00

Los patios de los colegios de Girona se han convertido en el escenario de fiestas ideal para los incívicos. La falta de vigilancia durante los fines de semana ha transformado estos espacios en lugares donde esconder bolsas con marihuana y hacer botellones. Esto es solo una parte de lo que se encuentran cada lunes en la escuela Josep Dalmau Carles, que desde hace años sufre el vandalismo entre sus paredes. Se han recogido, incluso, jeringuillas en un rincón y navajas tiradas tras una pelea.

El director del colegio, Aaron Fortuny, reconoce que ya no sabe qué hacer para acabar con la inseguridad. En declaraciones a Crónica Global lamenta que ni la Consejería de Educación --liderada por Josep Gonzàlez-Cambray-- ni el Ayuntamiento de Girona --gobernado por Marta Madrenas (Junts)-- hagan nada al respecto. Todo lo contrario: “Se lavan las manos” y se pasan la pelota el uno al otro.

Una de las vallas forzadas en el colegio Josep Dalmau Carles / CEDIDA

Una de las vallas forzadas en el colegio Josep Dalmau Carles / CEDIDA

Los niños se escapan por la altura de las vallas

El gamberrismo dentro de la escuela se debe, en gran parte, a la facilidad que tienen los incívicos para acceder. Y es que este centro es el único que tiene unas vallas que no superan el metro de altura. Algo que no solo incumple el reglamento, sino que provoca que gente del exterior acceda a las instalaciones y, para más inri, que los niños se escapen sin complicaciones.

En los últimos días, dos menores de P3 han intentado huir. Pero no es la primera vez que ocurre: “Hace unas semanas, una niña se fue diciendo que quería ir a comer a su casa”, explica. Gracias al control de los profesores se evitan más desgracias, defiende. 

Una escuela de máxima complejidad

Las familias ya no saben qué hacer tras años de lucha. En 2016 presentaron una instancia ante el Departamento de Educación alegando que el vallado era inseguro y, en 2021, hicieron una recogida de 300 firmas a la que, hoy por hoy, ninguna Administración ha dado respuesta. “El gran problema es que la seguridad depende del la consejería, pero el edificio es del ayuntamiento”. Unos por otros, la casa sin barrer.

El silencio de las Administraciones ha hecho movilizarse a las familias, que se plantean gastar dinero de sus bolsillos para instalar unos barrotes más altos con tal de que sus hijos estén seguros. Pero consideran “indignante” que sean ellos quienes tengan que hacerlo, sobre todo cuando se trata de una escuela de máxima complejidad. Eso es, que predominan familias con un bajo nivel socioeconómico.

Fachada del colegio Josep Dalmau Carles / GOOGLE MAPS

Fachada del colegio Josep Dalmau Carles / GOOGLE MAPS

Un equipamiento de barrio

Pero esta no es la única escuela en la que se cuelan personas de fuera durante las tardes, festivos y fines de semana. Ocurre también en el colegio Ágora aunque, en este caso, se trata de menores de edad que buscan un lugar donde practicar deporte. “En nuestro barrio no hay muchos equipamientos, lo que hace que los jóvenes vengan. Si la pista de baloncesto municipal está ocupada, saltan las vallas y se ponen a jugar en el patio”, explica la directora Beth Riera.

Para ella, la solución pasa por "invertir para que sea un patio abierto". Es decir, una instalación al servicio del barrio, siempre y cuando haya un vigilante que controle los horarios y que el uso sea el adecuado. “Es una apuesta de futuro. Si los niños juegan, no estarán en las calles haciendo otra cosa”, afirma Riera.

Fomentando la delincuencia

Además, cree que el consistorio debería actuar: “Al ser menores, si les dejamos pasar se piensan que no pasa nada por hacer algo ilegal. Así, estamos fomentando la delincuencia”, avisa. Ante las “excusas” del equipo de gobierno local y por responsabilidad, la directora está valorando destinar recursos del Plan de Mejoras de Oportunidades Educativas (PMOE) para impulsar un plan piloto en este sentido.

Por su parte, el regidor de Educación, Àdam Bertran, no ha respondido a las cuestiones de este medio sobre las medidas que llevarán a cabo para paliar esta situación.

El vandalismo en los patios de los colegios de Girona no es nuevo, aunque ha ido in crescendo en los últimos dos años. Las voces consultadas por este medio lo atribuyen a las restricciones del Covid, que provocaron que muchos jóvenes tuvieran que “buscarse la vida” para hacer planes de ocio.

Hasta ahora, la respuesta de las Administraciones no ha sido la esperada, pero cabe esperar el acercamiento de las elecciones municipales para ver si "se ponen las pilas".