Alarma por la presencia de armas de fuego en el Raval

Lo explican fuentes policiales, que señalan que el arresto que hizo colmar la paciencia de la policía tuvo lugar el 11 de octubre, cuando efectivos de la Urbana interceptaron a un individuo en la rambla del Raval. La persona llevaba una pistola "real" y lista para su uso. Según explican las mismas fuentes, la detención siguió a otra que tuvo lugar "hace pocos días" en el mismo distrito y con resultados similares. 

Posibles bandas latinas

Preguntada por la cuestión, una portavoz de la Guardia Urbana de Barcelona ha confirmado una detención con las características descritas el lunes 11 de octubre "por la tarde". Por su parte, Mossos d'Esquadra no ha contestado las preguntas de este medio. 

Los Mossos y la GUB detienen al responsable de un narcopiso del Raval / GUB

Sí lo han hecho otras voces policiales, que han señalado que el último arresto, el lunes, corresponde a una persona de origen dominicano, y que "es la segunda en pocos días". Ante ello, estas fuentes han subrayado que "se pasará información a los agentes" para que estén preparados. Se vigila si las bandas latinas, que fueron un problema en la capital catalana a principios de la década de los 2000, han regresado a la ciudad y su ámbito de influencia. 

'Operación Bacar'

El origen del último detenido es relevante porque coincide con el de una gran parte de los arrestados en la Operación Bacar, una intervención de Mossos y Urbana que acabó con 26 narcopisos cerrados y la detención de 55 personas en 2018. Tras ello, la propia policía catalana dio por extinguidos los narcopisos en el corazón de la capital catalana. 

Pero en junio de 2019, y como explicó este medio, otra gran operación contra el narcotráfico terminó con 37 detenidos, esta vez vinculados a un clan pakistaní que también trabajaba con lateros o vendedores de alcohol en la calle. 

De los pisos a la calle

La presión policial, no obstante, no ha erradicado los pisos de venta de droga de esta céntrica zona de Barcelona. Según la Xarxa Veïnal del Raval, aún operan unos 60 apartamentos dedicados a la venta de estupefacientes, aunque son itinerantes y rotacionales para evitar a la fuerza pública.

Un hombre en el suelo de una calle del Raval, donde ha regresado con fuerza la heroína / LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

Asimismo, los dueños de los nuevos narcopisos y locales okupados trabajan con nuevas normas para evitar a la policía, como no dejar a los usuarios inyectarse la droga en el interior de los domicilios y hacerlo en la calle. A consecuencia de este hecho, ha aumentado el número de jeringuillas en la vía pública, como relató Crónica Global.