La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) lleva años luchando contra el intrusismo profesional en la medicina estética. No solo sigue siendo algo habitual si no que además se trata de una tendencia al alza cuyas víctimas son cada vez más jóvenes. Desde enero de 2018, la organización científica ha recibido y procesado más de 450 denuncias. El 15% de los pacientes que acuden a sus consultas aseguran haber sufrido las consecuencias del intrusismo: provienen de centros donde les ha tratado una persona no autorizada.
El intrusismo médico o la suplantación de funciones se da cuando una persona que no está capacitada, habilitada ni autorizada realiza un acto médico. Ponerse en manos de personal no autorizado para realizar tratamientos de medicina estética no solo puede llevar a un resultado no deseado sino que también puede poner en riesgo la salud del paciente. Por ello, los expertos insisten, "siempre tenemos que pedir el número de colegiado o el título de Medicina al profesional que nos está atendiendo".
Target joven
La edad media de acceso a la medicina estética ha pasado de los 35 a los 20 años. El uso de redes sociales ha disparado el interés por la estética entre la población joven. En este sentido, también se han convertido en uno de los principales target de los suplantadores. "Los jóvenes suelen buscar ofertas más baratas y muchos no se preguntan si el centro o el profesional que realiza el tratamiento es médico o no", explica a Crónica Global el Dr. Eduardo de Frutos, médico estético y secretario general de la Sociedad Española de Medicina Estética.
Coincide con él la presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores, quien asegura que "el afán de belleza" que abunda entre los jóvenes ha provocado que salgan a la luz más casos de intrusismo médico. "Cada vez nos llegan más denuncias de clínicas o centros estéticos que realizan tratamientos sin ser especialistas". "Engañan a sus clientes", lamenta.
Reacciones adversas
Desde el SEME advierten de que ponerse en manos de un intruso de la medicina estética puede provocar reacciones adversas peligrosas: infecciones, necrosis de la piel, inflamación de los tejidos, pérdida de la vista o contaminación con enfermedades transmisibles como el VIH o la hepatitis C, entre otras.
"Siempre puntualizamos que los tratamientos estéticos son muy seguros, siempre que los ejerza un médico autorizado", asegura De Frutos. Así, insiste en que, aunque pueda parecer muy sencillo realizar tratamientos como el aumento de labios con ácido hialaurónico, puede producir problemas muy serios de salud si no lleva a cabo de forma correcta y con conocimiento médico".
Poca predisposición a denunciar
Aunque la tendencia a denunciar casos de intrusismo va en aumento, el SEME apunta que, en general, existe poca predisposición a iniciar procesos legales por parte del paciente. "Lo habitual es que el médico estético sea quien denuncia". En este sentido, aseguran que el paciente suele ser recitente a denunciar por dos motivos: por un lado, porque no está dispuesto a incurrir en gastos y tiempo que implica; y por otro, se niega a hacer público que se ha realizado un tratamiento de estética.
No obstante, los profesionales del sector insisten en la importancia de denunciar y, sobre todo, pedir siempre el número de colegiado. La medicina estética en España está regulada. Para poder ejercerla en una consulta es necesario contar con la autorización de función pertinente U.48 que solo se concede a médicos. Por lo tanto, recuerdan, cualquier clínica que realiza procedimientos de medicina estética sin tener esta unidad "están trabajando en la ilegalidad".