El conseller de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, ha explicado este miércoles que el nuevo Protocolo para la atención a las mujeres que solicitan una interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en Cataluña amplía el aborto farmacológico hasta las 14 semanas de gestación y no hasta las nueve como se permitía hasta ahora.
Lo ha dicho durante la inauguración de la primera jornada de trabajo de interrupción voluntaria del embrazo en Cataluña, dirigida a profesionales sanitarios con motivo del Día Internacional para la Despenalización del aborto, que se ha celebrado en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
Una reivindicación feminista histórica
La consellera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, ha aplaudido la aprobación del nuevo protocolo por considerarlo el “reconocimiento a una reivindicación feminista histórica”. Según Verge, no es solo un tema de salud, sino también de “autonomía y de derechos fundamentales de las mujeres”.
Argimon, por su parte, ha concretado que la IVE por el método farmacológico se ofrecerá en hospitales, y que el nuevo protocolo incluye recomendaciones de pauta analgésica y de procedimiento para que sea mínimamente invasivo, lo que reducirá riesgos.
Argimon critica la sanidad pública española
El titular de Salud ha reconocido que queda mucho por hacer para ampliar la red de abortos en el territorio catalán. No obstante, ha aprovechado para sacar pecho y criticar la gestión de la salud pública española en cuanto a la prestación del aborto en comparación con Cataluña.
Argimon ha dicho textualmente que “España es un desierto en cuanto a la prestación de este derecho si solo se analizan los recursos públicos” y que la accesibilidad del aborto en Cataluña es “mucho más elevada”. Muestra de ello es que en los últimos 16 meses se ha ampliado la red de abortos quirúrgicos en localidades como Lleida, Berga, Manresa (Barcelona) y Tortosa (Tarragona).
Ventajas de la IVE farmacológica
La IVE farmacológica "mimetiza el proceso natural de aborto", es menos invasiva y se puede realizar en el domicilio en compañía de familiares, de forma programada, por lo que ayuda a predecir el sangrado y expulsión. Sin embargo, ha explicado la coordinadora Clínica de la unidad de atención a la salud sexual y reproductiva de Mollet (Barcelona), Anna Torrent, requiere más tiempo para completar el tratamiento y puede comportar dolor abdominal y sangrado, además de efectos secundarios como náuseas, diarrea, vómitos y fiebre.
Según Torrent, esta intervención, es "especialmente beneficiosa" para mujeres con obesidad, malformaciones uterinas, cirugía cervical previa o que quieran evitar la intervención quirúrgica”. Además, ha aclarado que "la decisión siempre la toma la mujer, adecuadamente informada y acompañada del profesional sanitario", ha reivindicado.