"No parecen ratas, parecen gatos". Así describe un vecino de Puigcerdà el tamaño de los roedores que campan a sus anchas por las inmediaciones del lago de Puigcerdà (Girona), paraje emblemático del refugio preferido de la burguesía catalana.
La proliferación de las ratas en las calles de este municipio, así como en el lago, ha indignado a los vecinos. Los animales buscan comida en los comederos de patos o se aprovechan de los restos que dejan los paseantes. El calor y el abandono de algunas zonas del lago favorecen que los roedores abandonesn el alcantarillado para desplazarse a zonas donde pueden excavar madrigueras.
Alrededor del lago abundan casas de lujo. La Cerdanya, como se sabe, es el histórico refugio pirenaico de la burguesía catalana. Se calcula que unas 4.000 personas pasan sus días festivos en este magnifico entorno natural jalonado de mansiones.