El Camp de Tarragona se ha convertido en uno de los referentes culturales en Cataluña. Este 2022 ha incorporado a sus propuestas el Celler, un museo en Vila-seca que ha abierto las puestas recientemente. Su objetivo es el de ofrecer una amplia variedad de espectáculos, entre los que se incluyen la danza, la música y el circo.
La viña siempre ha sido uno de los principales signos de identidad de la cultura mediterránea y, especialmente, de la Costa Daurada. Desde hace muchos siglos, Tarragona ha destacado por la extensión de sus cultivos y también por los productos singulares que ofrecía. Por ello, el consistorio no ha dudado en poner en marcha un proyecto de renovación de este espacio cultural.
El nuevo espacio cultural del Celler y su historia
En el nuevo estreno del Celler se ha decidido preservar su espíritu original, por lo que se han mantenido dos de sus espacios principales.
Se ha incluido una sala en la cual se llevarán a cabo todo tipo de espectáculos. Con una capacidad cercana a las 1.000 personas, cuenta con asientos totalmente retráctiles. El escenario, por su parte, está rodeado por grandes ventanales, lo que permite sacar el máximo partido a la luz natural. Lo hace en un hábitat espectacular, pues se ubica en una de las localidades más bonitas en España.
Mostrar el gran cooperativismo agrario
El otro espacio principal será el museo, donde se podrá repasar el contexto histórico del Celler y su relación con el vino. A finales del siglo XVIII, este territorio sufrió una plaga de filoxera, un pequeño insecto que afecta a las viñas. Para combatir esta situación, todos los agricultores de la zona decidieron unirse y crear la denominada Sociedad Agrícola Cooperativa de Vila-seca.
El cooperativismo agrario es un movimiento muy importante en la historia de Cataluña. Los agricultores, que pasaron de trabajar por separado a hacerlo de forma conjunta, pudieron modernizar las técnicas agrícolas. De hecho, unidos pudieron reunir el dinero para comprar estos terrenos. Posteriormente, encargaron su diseño al arquitecto Pere Domènech i Roura, hijo del mítico arquitecto Domènech i Muntaner. Este fue el autor de grandes monumentos de Barcelona, como el Palau de la Música Catalana, siguiendo la influencia de Gaudí.
El proyecto de construcción se inició en 1919, y la primera cosecha se realizó un año después. El Ayuntamiento de Vila-seca adquirió el Celler en 2005. En estos últimos años se ha centrado en el proyecto de restauración y museización de este espacio, gracias en parte a los fondos europeos FEDER.
Darle un fuerte uso social y turístico
Entre las novedades principales que se pueden encontrar en la visita destacan las tecnologías de última generación. A través de experiencias de realidad virtual se podrá ver el proceso de construcción del Celler. Asimismo, se han incluido muchos efectos de sonido o mappings. El objetivo no es otro que darle un toque social y turístico.
Son muchas las asociaciones y entidades que usarán este espacio cultural para organizar actos o dar a conocer sus novedades. Adicionalmente, este museo en Vila-seca espera atraer a muchos turistas de playa que quieran conocer la historia del Celler.
Un itinerario revolucionario
El itinerario de este nuevo museo en Vila-seca dispone de diferentes partes. Además de la historia de construcción del Celler, se puede visitar un edificio anexo que profundiza en el proceso de elaboración del vino. Por otro lado, en su parte inferior hay una sala de prensado que cuenta con algunas máquinas agrícolas de hace siglos.
Las instalaciones tienen unas dimensiones de 3.150 metros, y los usuarios pueden decidir si llevar a cabo la visita por libre o de forma guiada. El consistorio local quiere dar a conocer en todo el mundo a este museo tan importante para Vila-seca. Por ello, se están intentando crear rutas conjuntas con otros espacios importantes dentro del mundo del vino. Quieren dar a conocer la identidad y el espíritu de la localidad a través de aquello que les hace únicos.
También se ha querido impulsar el Celler entre el público local. Por esta razón, hasta el pasado 7 de agosto las entradas eran totalmente gratuitas. A partir de ahora, el coste de la entrada general al museo es de 4 euros. Hay una entrada reducida para las personas de la tercera edad, los estudiantes y los desempleados de 2 euros.