Cataluña se prepara para afrontar la época de sequía, que llegará a mediados o finales de septiembre salvo que unas lluvias inesperadas reviertan la situación. Desde los distintos ayuntamientos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) estudian las restricciones que deberán implementar si la Agencia Catalana del Agua (ACA) activa finalmente la alerta. En un principio, estarán relacionadas con el consumo en los usos agrícolas o de riego de jardines, calles y en el ocio, principalmente en los campos de golf.
El director del organismo, Samuel Reyes, advirtió de la necesidad de acordar limitaciones en el consumo de este bien, salvo lluvias imprevistas en las próximas semanas que cambiarían el actual escenario pesimista. Así pues, estas restricciones se irán implementando en función de la situación, y en ningún caso comportarán cortes de suministro en las viviendas, garantizan.
Agua freática para el riego
Barcelona es una de las ciudades que ya cumplen con el consumo de riego en los espacios verdes públicos establecidos en el plan de sequía de la ACA y en el Protocolo de Sequía municipal. En este sentido, la Ciudad Condal dispone de una red para el suministro de agua freática --un sistema subterráneo que va llenando las cavidades en el subsuelo-- que consta de 78 kilómetros de red repartida en 20 sistemas y 24 hidrantes. "Esta red ya está subministrando y, por tanto, ahorrando agua potable en los servicios de limpieza de calles de la ciudad, el riego de espacios verdes y fuentes ornamentales", apuntan desde el ayuntamiento a preguntas de Crónica Global.
Por su parte, el Ayuntamiento de L'Hospitalet de Llobregat está pendiente de las medidas que debe fijar la ACA y de las acciones coordinadas en la conurbación de Barcelona que determinará la AMB y que decidirán en una reunión con los municipios "en los próximos días". Hoy por hoy, esta localidad dispone del plan de emergencia en situaciones de sequía. Una iniciativa que prevé las acciones municipales a realizar en caso de producirse "un escenario de escasez de recursos hídricos".
Control de fugas y sanciones
En este sentido, también incluyen otras medidas distintas a las ya mencionadas, como "la ampliación de la detección de fugas, el seguimiento del consumo de los grandes consumidores, la regulación del uso de agua potable para usos deportivos y lúdicos, la intensificación de controles, la imposición de sanciones, si es necesario, y un protocolo de comunicación a la población".
Las mismas voces defienden que las políticas medioambientales y de sostenibilidad del consistorio contra la emergencia climática están dirigidas a "fomentar el ahorro y una gestión responsable del agua en los edificios y equipamientos municipales".
Terrassa y Sant Adrià, a la espera de la ACA
En Sant Adrià de Besòs también realizan el riego y limpian las calles con agua freática "en todos los puntos donde se puede". Si es necesario, aseguran, "se disminuirán los riegos", aunque están a la espera de lo que decida finalmente la ACA.
En Terrassa, por el momento, no se han impuesto restricciones. "Pero estamos preparados para lo que venga. Las últimas informaciones apuntan a que será a partir de septiembre", explican fuentes del consistorio de la tercera ciudad catalana por población, que aseguran que tienen su propio comité de sequía, que se encuentra en situación de prealerta.
Concienciación ciudadana
Pero también los ciudadanos tienen una responsabilidad en este sentido, avisa la ACA, que hace un llamamiento a “ahorrar agua”. "Tener lavadoras y electrodomésticos eficientes, no dejar correr el agua mientras nos enjabonamos, por ejemplo, en un área metropolitana de millones de personas, implica muchísimos litros y alargar las reservas", dice Reyes.
De hecho, los gobiernos locales apuestan por "trabajar para la concienciación de los ciudadanos, que deben entender que el agua es un recurso limitado".