Pesadilla okupa en Mataró: queman un edificio para intentar echar a los vecinos
Los residentes denuncian cortes de luz, destrozos en las zonas comunes y amenazas de muerte por parte de unos allanadores que "están haciendo todo lo posible para hacerse con el inmueble"
22 julio, 2022 00:00Los vecinos del número 41 de la calle Torrijos, ubicado en una zona cercana al centro de Mataró, viven “un auténtico calvario” desde que hace dos años unos okupas se instalaron en dos de los pisos de este bloque de seis viviendas. El último episodio se registró durante la madrugada del jueves cuando, según los vecinos, incendiaron el portal.
Una de las vecinas recuerda la llegada de los okupas al edificio. Tras hacerse con uno de los pisos, se encontró con los allanadores intentando entrar en otro de los domicilios. “Salí a hacer la compra y me los encontré en el rellano. Les advertí de que el piso era propiedad del banco, que no lo okuparan”, expresa. Ante su negativa a permitir que accedieran al inmueble, los okupas reaccionaron enfrentándose a ella y agrediéndola.
Apuñalada con un destornillador
La víctima asegura que, como está federada en muay thai, no podía defenderse de los golpes que recibía, dado que el conocimiento de artes marciales durante una agresión se considera un agravante en el Código Penal. “Empecé a sentir que algunos de los puñetazos me dolían mucho más que otros y me di cuenta de que me estaban apuñalando con un destornillador”, recuerda. Desde ese momento, asegura, empezó su viacrucis.
La inquina de los okupas hacia los vecinos no ha dejado de medrar en los últimos meses. Ante el rechazo de la vecindad, han iniciado una campaña de acoso y derribo para adueñarse del edificio al completo. “Empezaron a robar la correspondencia, a destrozar los buzones, a jugar al tres en raya en las paredes del portal, que estaba recién pintado, y llegaron a romper los armarios de los contadores”, denuncian. Los vecinos aseguran que también han sufrido cortes de luz y de internet en el edificio.
Amenazas de muerte
Tras varios meses de suplicio, consiguieron desalojar uno de los dos pisos okupados, pero la calma duró poco en la calle Torrijos. Escasos meses después, el mismo grupo consiguió okuparlo de nuevo. Después de que un vecino los pillara in fraganti, dieron la voz de alarma a los Mossos d'Esquadra, que se personaron en el lugar. Como el allanamiento acababa de producirse, la vecina les dejó un mazo que tenía en casa. Aunque no consiguieron echarlos, este hecho enfureció a los okupas. Por su colaboración con los agentes, la vecina asegura que ha recibido amenazas de muerte hacia ella y su familia.
Desde hace un mes, la situación ha empeorado. Las mismas fuentes relatan que es la cuarta vez que se ven obligados a sustituir el bombín de la puerta porque los okupas lo han llenado de pegamento. De hecho, este jueves estaba previsto que les restituyeran el interfono, arrancado recientemente. No ha sido posible, ya que durante la madrugada del jueves rociaron el portal con un líquido inflamable y lo incendiaron.
"Casi no lo cuento"
“Me despertaron los bomberos mientras estaba durmiendo. Si no me avisan, no lo cuento”, expresa al otro lado del teléfono visiblemente afectada. Aunque las llamas solo calcinaron parte del portal, el humo afectó a las viviendas.
La vecina, que vive en un piso de alquiler social, asegura que teme verse empujada a okupar una vivienda propiedad de un banco “para sentirse segura con su familia”, dado que no puede hacer frente al pago de otro alquiler en la localidad. "No quiero convertirme en una okupa", denuncia. Con este escenario, solicita que el Ayuntamiento de Mataró y los Mossos protejan a los vecinos para que los okupas no se salgan con la suya y se adueñen definitivamente de propiedad.