El avance del calendario escolar al 5 y 7 de septiembre ha hecho que los profesores tengan menos tiempo para preparar el siguiente curso. Por eso, desde la Consejería de Educación trasladaron a las direcciones de los centros educativos de Cataluña que podían decidir si su plantilla acudía los cinco primeros días laborables de julio para organizar las clases. Una decisión que perjudica a uno de los colectivos más "precarios", los interinos, que denuncian presiones de algunos directores para trabajar sin contrato durante esa semana.
En declaraciones a Crónica Global, los sindicatos educativos lamentan que los centros estén obligando al personal eventual a ir a la escuela cuando su contrato ha finalizado el 30 de junio y no se reanuda hasta el 1 de septiembre. Algo que Iolanda Segura, de Ustec, tilda de “abuso e ilegalidad”. “Aquellos que están yendo a trabajar por presiones de las direcciones no estarían cubiertos en caso de accidente laboral”, advierte Jesús Martín, de UGT.
"Sometidos a la temporalidad"
Los profesores interinos no solo se ven “sometidos a la temporalidad”, sino también a las presiones que desde las direcciones de algunos centros ejercen sobre ellos. Una situación que, según la parte social, ha sido provocada por “la improvisación” del conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, quien tomó la decisión "unilateral" de avanzar el curso sin pensar en todo lo que ello acarreaba, asegura Carles Viñallonga, de Usoc.
Así pues, algunos interinos van a trabajar “sin cobertura legal”, lo que supone continuar “sobreexplotando a un colectivo precario que viene de una pandemia y que cambia cada año de centro”, añaden.
Fin del contrato: 30 de junio
Viñallonga entendería que el personal eventual estuviese obligado a ir a trabajar los cinco primeros días laborables de julio si su contrato acabase el 31 de agosto y no el 30 de junio. Asimismo, hace un llamamiento a las direcciones: “Les pedimos que no sean cómplices de las imposiciones y los recortes de la conselleria”. Y es que considera que “ir a trabajar sin cobrar y sin cobertura legal es un nuevo recorte de las condiciones laborales”.
En algunos casos, se les obliga a trasladarse al centro donde irán el próximo curso, sin tener todavía una relación contractual. “¿Quién les paga el desplazamiento de estos cinco días?”, se pregunta Iolanda Segura.
Los interinos, en el "limbo"
Según han explicado a este medio, desde los sindicatos están recogiendo algunos casos para denunciarlos. Es el caso de un docente que “no fue durante los cinco días de julio porque su contrato ya se había acabado. Le pusieron como ausente, cuando ni siquiera formaba parte de la plantilla. Él no comienza hasta el 1 de septiembre”, relatan como ejemplo.
Rosa M. Villaró, de la Federació d'Educació de CCOO, recuerda que interpusieron un recurso de reposición al considerar que "el personal docente no puede ser obligado a ir con anterioridad a los centros, ni asistir a reuniones preparatorias del curso siguiente, ya que todavía no tienen destinación en ese centro. En consecuencia, las direcciones de los nuevos centros no tienen potestad orgánica de convocar reuniones preparatorias del curso siguiente durante los primeros cinco días de julio", añade el texto consultado por este medio.
Miedo a que les hagan la cruz
Este “limbo” en el que se encuentra el personal eventual es una de las cuestiones que llevó a movilizarse y a poner en huelga a la comunidad educativa. El poder de las direcciones en la toma de decisiones --evidenciado en el decreto de plantillas, el de direcciones y el de autonomía de centros-- es "una estrategia de la Consejería de Educación para tener a la Administración dentro de los centros educativos con tal de controlar a los profesores”, avisan. “Las direcciones de los centros son una extensión más de la Administración, cuando deberían ser gestores”, dicen en Ustec, desde donde consideran que las decisiones deben tomarse desde el claustro.
Desde la parte social lamentan que el hecho de que las direcciones de los centros públicos tengan tanta fuerza lleva a los interinos a actuar con “miedo”. “Cuando la dirección tiene poder de decidir si los docentes pueden seguir trabajando o no, las personas tienen miedo de hablar porque de ello depende su lugar de trabajo”. De hecho, según datos de CCOO, ocho de cada diez plazas de toda Cataluña están dadas a propuesta de la dirección.
En algunos casos, el miedo a no ser reclamados para el próximo curso les lleva a “no denunciar”. Y es que, hoy por hoy, tienen “miedo de volver a la bolsa de interinos y estar condenados a acabar en el paro”.