"Ya podemos respirar tranquilos, al menos de momento". Esta ha sido la reacción de los padres de 70 niños con autismo de la escuela de educación especial Can Vila, quienes finalmente no tendrán que abandonar el centro. Desde el Ayuntamiento de Mollet del Vallès les han dado buenas noticias: asumirán el coste de instalar nuevos módulos de cara al próximo curso para que no tengan que buscar otro colegio por culpa del mal estado de la instalación. Estarán situados en la pista de futbol de forma provisional, por lo que se alquilarán.
Pese a los intentos de negociación no se ha logrado alcanzar un acuerdo para que la Consejería de Educación financie la reforma. Según el concejal Raul Broto (PSC), desde la Generalitat de Cataluña “sólo han puesto excusas para no asumir responsabilidades”, mientras que la consejería se escuda en que el convenio entre el ayuntamiento y el Incasol --propiedad del terreno-- no está renovado tras caducar en 2016 por una “discrepancia” relacionada con el cobro del IBI, según ha sabido Crónica Global.
Educación deberá devolver el dinero
“Dada la inacción de Educación, desde el ayuntamiento nos hacemos cargo de la instalación de los módulos, pero la Generalitat tendrá que acabar pagando hasta el último céntimo”, dice Broto en declaraciones a este medio. Una noticia que el gobierno municipal ha dado a los padres este martes por la tarde tras una reunión con alcaldes de la comarca, mientras los afectados se manifestaban en las puertas de Can Vila.
El encuentro ha servido para explicar a los 23 alcaldes de la comarca los pasos a seguir para financiar las nuevas instalaciones --que asumirá el consistorio molletense--. Y es que Can Vila cuenta con un total de 160 alumnos con diversidad funcional de entre 3 y 21 años repartidos en distintos espacios y que provienen de una veintena de municipios cercanos.
Paralelamente, desde el consistorio presentarán un recurso contencioso administrativo para que sea un juez quien determine quién se tiene que hacer cargo del coste. "Si la justicia decide que lo tiene que pagar el departamento, ya les pasaremos la factura", añaden desde el equipo de la alcaldesa de Mollet, Mireia Dionisio, también presente en la reunión.
Se quedan en el centro
Según Broto, finalmente el ayuntamiento ha cedido a poner el dinero pese a que considera que “no es lo justo porque es la Generalitat la Administración competente”. Pero han priorizado el bienestar de los niños, tal y como reclamaban las familias: “No los íbamos a dejar tirados y tampoco podemos esperar más porque los padres tienen que saber dónde empiezan sus hijos el 5 de septiembre", añaden.
Por su parte, las familias celebran que finalmente los estudiantes no tengan que irse a otro colegio, ni siquiera de manera provisional. Esta era una de las alternativas que proponían desde Educación, tal y como han confirmado fuentes del departamento a este medio. "La prioridad es escolarizarlos en el mismo sitio, pero si no ya tenemos pensada una alternativa momentánea en una ubicación próxima".
Es un paso más...
Sin embargo, llevar a los alumnos a otra escuela --por muy cercana que sea-- hubiera sido perjudicial para ellos, teniendo en cuenta que la mayoría tienen Trastorno del Espectro Autista (TEA) y "las rutinas son muy importantes", dice Amador Rincón, presidente del Ampa, quien asegura que hubiese supuesto "una pérdida de calidad educativa".
Tampoco hubiese sido fácil para la dirección del centro, que necesitaba organizarse con tiempo para adaptar el nuevo centro a las necesidades de los niños. El cambio de espacio requería una adecuación en cuanto a accesibilidad --garantizar el fácil acceso para los estudiantes que van en silla de ruedas--, acondicionamiento del espacio --por ejemplo, instalar duchas adaptadas-- o una adaptación del menú del comedor escolar, entre otras cosas.
... Pero los padres no se conforman
Tal y como han explicado algunas voces que han participado en la reunión, los nuevos módulos "estarán situados en la pista de futbol de forma provisional". Tan provisional que "serán alquilados porque, una vez se resuelva la cuestión judicialmente, se construirá un edificio de obra".
Con todo, el hecho de que finalmente los niños no se muevan de Can Vila supone "sólo el primer paso" para unos padres que no se conforman. "Hemos parado el golpe, pero seguiremos luchando para tener los edificios con todas las dotaciones que los niños merecen", dice Rincón. Una nueva carrera que empieza ahora.