Este lunes ha arrancado el juicio en la sección octava de la Audiencia Provincial de Barcelona contra M. A. A., acusado de cuatro delitos de agresión sexual --uno de ellos en grado de tentativa--, tres delitos de hurto, uno de robo con violencia y un delito de lesiones. El acusado, que según la fiscalía contactó con las víctimas con el pretexto de contratarlas como limpiadoras del hogar o canguros, ha declarado que las denunciantes se publicitaban en un portal de anuncios como “señoritas de compañía”.
Según el escrito del Ministerio Público, el investigado utilizó siempre el mismo modus operandi: con la excusa de negociar las condiciones del contrato, las invitaba a entrar en su coche y conducía hasta un descampado donde las violaba y les sustraía las pertenencias. No obstante, él asegura que solo mantuvo relaciones sexuales con dos de ellas y que lo hizo de forma consentida y a cambio de dinero.
Se presenta como la víctima
El primero de estos hechos sucedió el 4 de agosto de 2019, cuando el hombre entró en contacto a través de la plataforma Milanuncios con la primera de sus víctimas. Ella se anunciaba para realizar trabajos de limpieza. El día 5 de agosto se citaron en la estación de tren de Pallejà, donde él la recogió en el coche para charlar sobre las condiciones del contrato. El procesado condujo hasta un descampado y, allí, ejerciendo fuerza sobre ella, la obligó a realizarle una felación en el asiento trasero y, después, la violó. La mujer logró escapar del lugar de los hechos pero, tras percatarse de que se había dejado sus enseres en el coche, regresó y se enfrentó a él, que se dio a la fuga con las pertenencias de la víctima, valoradas en 356 euros.
Según la versión del acusado, se puso en contacto con la chica “que se prestaba como señorita de compañía a cambio de ayuda”. Según su relato, llegaron a un acuerdo y ella hizo el servicio. “La ayudé económicamente, se bajó del coche y me fui”. El procesado asegura que le pagó 100 euros y que días después la mujer se puso en contacto con él y le amenazó. “Me reclamó junto a otras chicas más dinero, 1.000 euros, y me sino dijo que si no pagaba me denunciaría”, ha declarado ante el tribunal.
La amenazó con una navaja
El 20 de septiembre contactó con una segunda mujer que ofertaba sus servicios como limpiadora a través de Milanuncios. Esa misma tarde, se citaron en la estación de Sabadell para concretar los términos del trabajo. Allí le propuso, como a la primera víctima, ir a un lugar más tranquilo para charlar. La mujer se subió en el coche y él se dirigió hasta un descampado. Ya durante el trayecto, comenzó a realizarle tocamientos y, una vez en el descampado, la amenazó con una navaja y la obligó a pasar a la parte posterior del vehículo.
Una vez en la parte posterior el acusado le realizó tocamientos de índole sexual y la violó. La mujer, que consiguió escapar del vehículo, se dejó todos sus enseres personales, que él se llevó consigo, valorados en 1.085 euros. No obstante, el acusado mantiene que nunca estuvo en Sabadell y niega conocer a esta segunda víctima. “Jamás estuve allí. No quedé con nadie en Sabadell”, ha declarado.
Una de las mujeres pudo escapar
Pocos días después el procesado contactó con otra mujer que ofrecía sus servicios como cuidadora y se citaron en la estación de tren del Papiol, donde el hombre repitió el mismo procedimiento y le solicitó que se subiera a su coche. Una vez dentro le dijo a la víctima que si quería conseguir el trabajo, debería mantener relaciones sexuales con él, extremo al que la mujer se negó. El investigado la agarró de los brazos y las piernas e intentó forzarla, pero la víctima pudo escapar antes de sufrir una violación. No obstante él se fue con sus pertenencias, valoradas en 593 euros.
La versión del acusado es que “se presentaba en Milanuncios como chica de compañía porque necesitaba dinero”. Alega que por eso se citaron en la estación de tren del Papiol donde ella le pidió “150 euros por un servicio en el coche”. Aunque dice que durante el tiempo en el que estuvieron juntos no hubo ningún incidente reseñable, ha declarado que le tiró sus cosas en el lugar, al lado de donde estaba y se fue dejándola en el descampado. El motivo fue que la mujer le pidió más dinero que el pactado inicialmente.
La arrastró varios metros con el coche
Finalmente, el procesado contactó con una mujer que ofertaba servicios como canguro a través del mismo y se vieron en la estación de Rubí. Él repitió la misma operación, pidiéndole que se subiera al coche y trasladándola a un descampado. En esa ocasión, el hombre bloqueó las puertas, se subió sobre la víctima y la violó. Después, abrió una de las puertas y lanzó a la mujer fuera del vehículo, causándole varias lesiones. La víctima intentó recuperar sus objetos personales y él, sabiendo que ella estaba sujetando la puerta con la mano, arrancó el coche y la arrastró unos metros, llevándose consigo sus pertenencias, valoradas en más de 100 euros.
En esta ocasión, el acusado ha reconocido que quedó con la víctima pero niega que mantuvieran relaciones sexuales. “Quedé con ella y como no llegamos a ningún acuerdo económico me fui a mi casa y ella se quedó allí”. Ha recordado que contactó con ella a través de Milanuncios, “donde se prestaba a mantener encuentros de índole sexual a cambio de ayuda económica, necesitaba dinero urgente”.
Más de 47 años de prisión
El acusado, que está en prisión provisional desde 2019, se ha escudado en que sufre un tumor cerebral “que no tiene tratamiento” y que le hace sentir “ansioso y sufrir hemorragias cerebrales”. También ha asegurado que en 2008 sufrió un choque frontal jugando al fútbol por el que estuvo en coma cuatro días. Al año siguiente, siempre según su versión, sufrió otro golpe en la cabeza al caerse de un árbol. Poco después fue arrollado por una furgoneta. Por este motivo, asegura, tiene pérdidas de memoria y de visión, dolores de cabeza y sufre de ansiedad. Para aplacar estos ataques, ha declarado que recurre al alcohol. “Me descontrolo, lo pago tomando alcohol para olvidarme de la gente. Cuando tomo alcohol me siento más tranquilo”, ha asegurado ante la fiscalía, que ha protestado por “incurrir en flagrantes contradicciones”.
Por estos hechos la fiscalía solicita 10 años de prisión por las dos violaciones y 15 por la tercera, con una pena superior por haber usado un instrumento peligroso. Además, solicita cinco años de prisión por la tentativa de agresión sexual, cinco por el delito de robo con violencia y 10 meses de cárcel por cada uno de los tres delitos de hurto. En total, el ministerio público solicita una pena de 47 años y medio de prisión.