Un jabalí bajó anoche desde Collserola a una zona residencial de Barcelona en busca de comida. El cerdo salvaje se acercó a un lugar poblado para alimentarse y se dio un banquete con unas bolsas de basura en un lugar ubicado entre el laberinto de Horta y el tanatorio de la ronda de Dalt, según ha podido saber este medio.
El ejemplar, un artiodáctilo adulto de grandes dimensiones, encontró su tentempié a las puertas de Meiland Central, un complejo deportivo de alta tecnificación ubicado en la calle de la Maternitat d’Elna rodeado por la ronda de Dalt, el restaurante Can Cortada, el monasterio de la Visitación de Santa María y una residencia de mayores. Todo ello, en la falda de Collserola.
Prohibido darles de comer
El jabalí, como se aprecia en las imágenes, rebuscó entre los restos con su hocico hasta esparcir toda la basura que esperaba a ser recogida por los empleados de la limpieza. Pero no llamó la atención de los deportistas que se acercaban o salían de las instalaciones. Su oscuro pelaje y la escasa luz de la entrada de Meiland le sirvieron para pasar desapercibido. De hecho, en el vídeo se ve que varias personas pasan junto al animal salvaje sin percatarse de su visita.
La presencia de jabalís en la ciudad es cada vez más frecuente. Los cerdos se han convertido en una plaga debido a la sobrepoblación en Collserola y, de hecho, el Servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje (Sefas) eliminó 196 ejemplares de las calles de la capital catalana solo en 2021 –este año van más de 50—. Se han convertido en un problema real, porque pueden provocar accidentes y, además, no dejan de ser animales salvajes que, de vez en cuando, atacan a personas. Está prohibido darles de comer.
Collserola, el hábitat de los jabalís
En Collserola hay alrededor de 1.200 jabalís contabilizados, y varios de ellos se acercan a las zonas habitadas en busca de comida, como es el caso del mamífero que se presentó en las instalaciones deportivas sobre las once de la noche del jueves. Su hábitat, sin embargo, son los bosques y matorrales.
No existe hoy por hoy una única solución para terminar con esta plaga. La normativa vigente dicta que los animales en el centro de las ciudades serán capturados, anestesiados y sacrificados sin sufrimiento. La esterilización en masa no es una alternativa válida, porque las piaras se mueven de forma distinta a como lo hacen las palomas o las colonias de gatos. Y, en cualquier caso, ello no impediría que los jabalís siguieran acercándose hasta la ciudad.