La maternidad y paternidad en España es, en si misma, todo un reto. Especialmente por la falta de conciliación, que impide a muchas familias criar a sus hijos con el tiempo y la dedicación deseada. La baja maternal, a todas luces corta, y muchas veces la imposibilidad de acogerse a una excedencia los empujan, además, a afrontar demasiado pronto uno de los grandes desafíos educativos: la elección de primera escuela infantil.
Es, posiblemente, la primera vez que los pequeños se separen de sus progenitores. Las puertas abiertas de los centros permiten ver cómo funcionan por dentro y, así, acabar de decantarse por una opción. Pero ¿cuáles son los aspectos que debemos tener en cuenta en la elección?
Periodo de adaptación
Mireia Palau lleva desde 2009 al frente de la dirección de La Granota, un centro municipal que acoge a niños de 0 a 3 años en El Prat de Llobregat (Barcelona). Habla, por tanto, con conocimiento de causa sobre las dificultades que viven los pequeños al separarse por unas horas de sus familias, especialmente durante las primeras semanas de escolarización.
Hablamos del periodo de adaptación. “La entrada a la escuela infantil es el primer momento de separación física y afectiva del núcleo familiar y requiere ser acompañada del adulto con profesionalidad”. Remarca que son unos días en que es necesario “situar, en primer lugar, a infantes y familia. Crear un clima de bienestar, de confianza, de comunicación y expresión emocional para generar el vínculo necesario que facilitará y construirá esta convivencia”.
Hacia la ‘familiarización’
“En la escuela donde ejerzo las funciones de dirección, hemos cambiado el concepto adaptación por familiarización", defiende. Según su punto de vista, este último connota "obligación del infante a ajustarse a la escuela, a los horarios y a los adultos que lo acompañaran".
En cambio, el término familiarización "sugiere respeto, la escuela es la que crea un entorno ideal para establecer vínculos entre niños y niñas, familias, educadoras y educadores”. “Respeta tiempos y necesidades individuales de manera muy progresiva”, matiza Palau. “Es importante conocer el proyecto de familiarización de las escuelas infantiles, ya que este periodo atañe a familias y niños y no se debe temporalizar”, añade la directora de La Granota.
La lactancia
Algo que preocupa mucho a las familias, especialmente cuando son menores de dos años, es que el hecho de asistir a la escuela infantil suponga el fin de la lactancia. “Las escuelas infantiles pueden contribuir al mantenimiento de la lactancia materna habilitando un espacio en el propio centro para amamantar”, señalan desde El Prat. El problema viene en la conciliación con los horarios laborales de las madres.
En estos casos, se recomienda la lactancia diferida mediante leche extraída. “También debe ofrecerse en las escuelas. No existe ningún motivo justificado para que una escuela infantil se niegue a facilitar la lactancia”, manifiesta, rotunda, esta profesional de la educación.
Ratios de alumnos
Otro aspecto a tener en cuenta es la ratio, un número distinto de alumnos por aula según el curso de infantil y la comunidad autónoma en la que se escolarice al pequeño. “En los tres primeros años de vida los niños necesitan una atención muy individualizada”, remarcan las educadoras. Denuncian que España “tiene una de las ratios más altas de Europa” y remarca que se deberían “revisar para garantizar una educación y atención de calidad”.
Actualmente las clases del llamado P0, que acogen a pequeños a partir de los cuatro meses, pueden tener un máximo de ocho alumnos. El siguiente curso se sube la cifra a 13 y en P2 se eleva a 15.
Instalaciones de las escuelas
Las instalaciones de los centros es otro de los puntos que ayuda a decantar la balanza. Especialmente los exteriores. “Los espacios también educan y son importantes para el aprendizaje de los infantes”, remarcan las docentes, “deben transmitir bienestar, calidez, tranquilidad, paz, equilibrio, interés y belleza para crear un ambiente acogedor y familiar”.
En cuanto a los exteriores, remarcan que “el aire libre y la naturaleza son vitales para los más pequeños y las posibilidades de juego deben ser ricas y variadas”. Deben ofrecer “experiencias manipulativas”, y por ello piden “mas escuelas con arena y menos cemento” y una gran presencia de elementos naturales. “El espacio ideal es aquel que provoca el juego y la curiosidad, promueve la actividad física y el bienestar y la relación e interacción con los otros”, sentencian.
Servicio de comedor
La gestión de la comida y del rato del comedor es también uno de los aspectos que más impacta a los padres. Allí los rituales “que dan seguridad a los niños” se vuelven importantes y “las cocineras forman parte del equipo educativo”.
Por ello recomiendan “conocer los menús de los centros, saber si se adaptan a las creencias religiosas e ideologías de las familias, a las intolerancias o alergias, si utilizan productos de Km 0, de proximidad o ecológicos”, opina Palau. Especialmente para las familias con necesidades especiales.
¿Es importante el programa educativo?
Pese a su corta edad, es recomendable también que los padres presten atención al programa educativo. “En él se recogen los principios, las bases y objetivos pedagógicos detallados, así como la identidad y el funcionamiento y organización del centro”, añade la directora de La Granota.
La comunicación entre padres y escuela “debe ser uno de los pilares de los proyectos educativos para garantizar una educación compartida y para poder intercambiar criterios, opiniones y experiencia en la crianza de los infantes, basándose siempre en la confianza y el respeto”. “Escuela y familias tenemos un objetivo en común, que los niños desarrollen su máximo potencial y sean personas de pleno derecho y felices. Es imprescindible trabajar colaborativamente”, asevera.
P2 gratis en Cataluña
Si bien las instalaciones pueden ser similares en centros públicos o privados, el precio será posiblemente el elemento que decante una elección u otra. Todas las comunidades trabajan ya en la gratuidad de la primera etapa de educación infantil en la escuela pública, aunque Cataluña se ha avanzado de forma parcial.
La Generalitat ha anunciado que subvencionará el llamado P2, el último curso de la escuela infantil. De este modo, los pequeños nacidos en 2020 serán los primeros en que sus familias no tendrán que pagar por el último curso de preescolar si se va a un centro público. La consejería de Educación, liderada por Josep González Cambray, no ha prometido que esta medida llegue también para los alumnos de escuelas privadas.
En una segunda fase, a partir de 2023, la cobertura se hará extensible a Infantil 1 e Infantil 0.
La escuela infantil ideal es…
¿Existe la escuela infantil ideal? “Para cada familia el concepto de escuela infantil ideal es distinto”, señalan Laura González y Susana Conejo, cofundadoras de Nanas & Co, empresa de selección de personal doméstico para el hogar y cuidado de niños y mayores. Remarcan que existen varios parámetros que influyen como son: la ubicación, las instalaciones del centro, el calendario y horario, ratio niños/cuidadores, los idiomas que el personal practique con los niños, la alimentación, el precio y las necesidades individuales de cada niño/a.
“No existe un orden de prioridad, ya que habrá padres que den más valor a que se sirva un menú equilibrado y sano; otros que el centro sea bilingüe; otros preferirán que el horario sea más amplio…”, añaden. Con todo, estas dos expertas en niños, que también son madres, tienen claro es que “como padres, no deberíamos guiarnos por el instinto de sobreprotección, sino por los parámetros de los que hablamos”.
“Cualquier centro cualificado y, previamente contrastado por cada familia, hará un buen trabajo con la educación y cuidado de nuestros hijos, además de, por supuesto, ayudarnos en la conciliación entre familia y trabajo”, concluyen. Solo piden a las familias que sean objetivas.