“Es una locura”. Así de crítica se muestra la subdirectora de un centro de Formación Profesional dual alemán, Mona Brandt, ante lo que ocurrió el curso pasado en Cataluña, cuando miles de alumnos se quedaron sin una plaza pública para cursar un grado de FP. Si hay algo en lo que Alemania lleva ventaja es en esto. Hoy por hoy, el 60% de los jóvenes del país teutón opta por esta forma de estudio que ayuda a acercarse al mundo laboral antes, según afirma Clemens Wieland, de la Fundación Bertelsmann. Pero cuentan con una característica especial: bajo el mismo techo conviven dos lugares de aprendizaje, un 70% se realiza desde las empresas y un 30% desde los centros educativos. Lo que se conoce como Formación Profesional dual.
Se trata de un modelo consolidado desde hace años y que aún se intenta potenciar todavía más por el beneficio que aporta al futuro de los jóvenes y también a la economía. Por eso, Alemania debe servir como ejemplo a España en general y a Cataluña en particular, donde la FP ha sufrido varios tropiezos en los últimos tiempos.
Un problema “inconcebible” en el sistema alemán
De hecho, esta ha sido una de las críticas que los sindicatos educativos le hicieron llegar al conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, que para restaurar el daño del curso pasado anunció un aumento de plazas aun “insuficiente” para cubrir la oferta. Consideran que priorizando a los estudiantes de cuarto de la ESO se “desentiende de otros colectivos que también tienen derecho a reintegrarse en el itinerario académico”. En Alemania eso sería “inconcebible”, aseguran. Y es que, si hay algo que garantizan en el país, es que todos los jóvenes opten por una Formación Profesional dual.
La directora de la Fundación Bertelsmann, Clara Bassols, cree que desde el Departamento de Educación se debe trabajar para “crear más plazas” teniendo en cuenta que el interés por la FP sigue creciendo en Cataluña. Sin embargo, reconoce que conseguir el encaje entre los ciclos que tienen falta de plazas y los que sobran no es tan sencillo. Alcanzar un sistema de FP dual en Cataluña –como en toda España-- será un objetivo a largo plazo y “lento” porque son varios los actores que tienen que cooperar: centro, empresa y estudiante. “En el caso de las empresas siempre recomendamos que empiecen en pequeño, con pocos aprendices y vean cómo funciona. Las empresas tienen que estar interesadas y los centros que den ese ciclo tienen que estar cerca”, explica en declaraciones a Crónica Global.
Desempleo juvenil
Al finalizar la FP dual --que dura entre dos y tres años y medio, en función de la especialidad-- el joven está capacitado para trabajar en la empresa donde ha impartido su formación o en la que elija. Pues, gracias a las prácticas que ha realizado desde el día uno, se ha convertido en el “empleado perfecto”. Desde la Fundación Bertelsmann trabajan para difundir el modelo en otros lugares y hacerles entender los beneficios que tiene, entre muchas otras cosas, para la economía. Y es que, según datos aportados por Wieland, en Alemania hay una tasa de paro juvenil del 7,5%. En la ciudad de Múnich, de un 3%. Para ellos, este dato es un “motivo de preocupación” porque antes del Covid era del 1,9% en la metrópolis.
Este sistema ayuda a reducir el desempleo, pero también repercute en otros factores, explicita Bassols: “La FP dual ayuda a proporcionar trayectorias profesionales buenas de futuro y a facilitar el tránsito entre educación y trabajo”.
Retribución para los aprendices
El número de personas que eligen la formación profesional está creciendo. El sistema dual de Alemania ofrece incentivos para tratar de aumentar las cifras. Entre ellos, destaca la retribución económica que reciben los jóvenes. Un aprendiz cobra una media de 800 euros --que pueden llegar hasta los 1.200, según la empresa y el curso-- en el periodo desde que inicia su contrato como aprendiz. Una cantidad económica que no se ve reducida a pesar de que el estudiante alterna la presencialidad en la empresa con en el centro formativo.
Es el caso de Luis, un joven catalán que se marchó a vivir a Karlsruhe para realizar el grado de software engineering --una combinación entre ADE e informática--. A su llegada, optó por una carrera universitaria que acabó abandonando para hacer el cambio a un ciclo de FP, explica en declaraciones a este medio. Reconoce que la retribución económica le ayudó a decidir el camino que quería seguir y que está punto de finalizar porque se encuentra en el último curso. Desde temprano, los jóvenes pueden optar por una independencia económica que se suma a la experiencia laboral que obtienen gracias a que se han enfrentado a la realidad del mundo laboral. Mientras el 60% de los alemanes opta por la FP dual, el 40% restante elige estudios universitarios. Una cifra todavía muy elevada que deriva de la “falsa creencia” de que las personas que opten por estudiar carreras llegarán más lejos.