“No soy un ángel. He cometido errores, como todo el mundo, pero no soy el demonio que se ha pintado”. Así se presenta Alain N.F., el presunto estafador de la jet set de Barcelona. Ha decidido romper por primera vez su silencio tras el aluvión de acusaciones de estafa destapadas en exclusiva por Crónica Global.
El libanés, que tiene abierto un procedimiento judicial en su contra por supuesta estafa en Barcelona, y que fue detenido en Madrid el pasado año en circunstancias extrañas, asegura que sus allegados le tendieron una trampa. “Ya no confío en nadie de mi alrededor”, denuncia. “Sí, he hecho cosas mal. Todo el mundo comete errores. Pero hay cosas de las que se me acusa que no he hecho”, se defiende en conversación en primicia para este medio tras ser sondeado por otras cabeceras.
“Compré diamantes en Rabat”
“Ya ha hablado todo el mundo de mí en su propio beneficio. Ahora quiero dar mi versión. La estoy preparando y la daré”, sentencia el libanés, que asegura que muchos de los episodios que han relatado los presuntos afectados no son ciertos. También niega que intentara embaucar a varias marcas de lujo como Rabat o Chanel, ambas emplazadas en el Paseo de Gràcia de Barcelona, la milla de oro de la Ciudad Condal. Sobre el intento de defraudar a la lujosa joyería, mantiene que se compró un set de diamantes que, según su relato, abonó. Esta versión contrasta con la del director de la joyería, Diego Flores, que confirma que Alain acudió al local en 2021 para pedir relojes y creaciones de lujo por valor de más de un millón de euros, pero los controles de seguridad del establecimiento de lujo impidieron que se los llevara sin acreditar los pagos.
El libanés no niega el supuesto intento de estafa a Lamborghini, de donde intentó llevarse un modelo Urus, el 4x4 de la escudería italiana, mediante el pago de una transferencia que nunca llegó a materializarse. Algo que desde el concesionario de la firma automotriz confirmaron a este medio. “Lo he dicho, no soy un ángel”, justifica en relación a este incidente.
Las empresas de Alain
Sobre las presuntas empresas que opera, Alain asegura que se mantiene al frente de The Drip Crip, una mercantil con sede en la calle Diputació, en el corazón del Eixample barcelonés. Sin embargo, en la dirección en la que está domiciliada “nadie lo conoce”. Así lo aseguró a Crónica Global el actual inquilino, otro empresario que es el propietario del piso desde hace “varios años” y que nunca había escuchado hablar del Alain. Hasta que los Mossos d'Esquadra se interesaron por él ante la alarma creada entre la gente bien de Barcelona. "Domicilié allí mi empresa porque viví allí de alquiler. Tengo fotos", contesta a los periodistas.
Sobre la creación de una segunda sociedad, Metagoat Technology S.L., fundada el 21 de febrero de este mismo año y dedicada a la intermediación de inversiones en criptomonedas, Alain mantiene que no es de su propiedad, pese a que se la atribuyen a él como otra presunta estafa. Sus datos personales aparecen en los documentos de la empresa a los que ha podido acceder este medio. La firma, no obstante, no se llegó a inscribir en el Registro Mercantil. Es decir, nunca nadie dio el paso administrativo necesario para legalizar el bróker de criptos de Alain.
“El amor es ciego”
Pese a las múltiples acusaciones de las presuntas víctimas de estafa --que documentan parte del fraude del que aseguran haber sufrido por parte de Alain-- el libanés está dispuesto a contar “la otra versión de la historia". Manifiesta, además, que hay otras personas culpables en este presunto entramado fraudulento. “El amor es ciego”, sentencia como el origen de su delicada situación entre la jet set de Barcelona, que le adora y teme a partes iguales.
El joven, una mente privilegiada para los negocios, es el vértice de un estrambótico caso de presuntas estafas a boutiques de lujo de Barcelona y de gente guapa que, aseguran a Crónica Global, "le dejaron dinero o le compraron objetos de lujo y jamás recibieron nada a cambio". La trama está mezclada con otra por presunta extorsión que afecta a varios policías de los Mossos d'Esquadra. Son dos casos paralelos que se entremezclan. Con el escenario enmarañado, Alain se defiende y prepara su respuesta pública y legal. "Contaré cosas que nadie creerá", desliza como anticipación.