¿Quién era Sergey Protosenya? El multimillonario ruso ha sido ampliamente tachado de asesino machista tras aparecer ahorcado junto a los cadáveres de su familia en su villa de Lloret de Mar, en Girona.
Los Mossos señalan que la principal hipótesis con la que trabajan es la del crimen familiar, lo que no impide que haya más líneas de investigación. Por ahora, el ayuntamiento del pueblo de la Costa Brava, la Generalitat y la ministra de Igualdad, Irene Montero, han condenado lo que contabilizan como un nuevo episodio de violencia de género, si bien el caso está todavía repleto de incógnitas.
La versión oficial, cuestionada
Ni la compañía en la que trabajó el difunto ni su entorno social y familiar dan credibilidad al relato de las autoridades. Sergey Protosenya fue un alto ejecutivo de Novatek, gigante gasístico ruso y principal rival de Gazprom.
La empresa ha dejado claro en un comunicado que las "especulaciones" sobre el caso "no guardan relación con la realidad" y ha definido al fallecido como una "persona extraordinaria", un "maravilloso padre de familia" y un "sólido profesional". Su hijo Fedor y varios amigos también han asegurado que el supuesto asesino es, en realidad, la tercera víctima de un "suicidio escenificado" y manifiestan que su personalidad y nivel cultural le hacen incapaz de un crimen tan sangriento.
Asesino... ¿sin sangre?
Fedor Protosenya, un joven de 22 años que estudia en una universidad francesa, se encontraba de vacaciones en la residencia de su familia en Burdeos cuando dejó de recibir noticias de su hermana, que pasó la Semana Santa junto a sus padres en otra vivienda de su propiedad. Una finca tranquila y ajardinada en el número 20 de la calle Aiguablava en la urbanización de Los Pinares, la más alejada del litoral de Lloret.
La policía halló los cadáveres de Natalia, la mujer, y María, la hija, completamente ensangrentados. Habían sido asesinadas con un hacha. El tercer cuerpo, el de Sergey, también fue descubierto en unas circunstancias extrañas. Estaba ahorcado en el jardín de la casa y no se encontraron rastros de sangre en el cadáver durante su levantamiento.
Una familia discreta
El directivo retirado llegó a amasar una fortuna de unos 400 millones de euros. Fuentes del circuito empresarial local lo describen como "una persona adinerada", pero "la casa y la zona donde vivía eran humildes para ser ruso". Un inmueble que estaría valorado en menos de un millón de euros... pero las apariencias engañan. Y es que la tónica general entre la opulenta comunidad eslava que veranea en la localidad, entre ellos políticos y empresarios, suele ser más tendiente a las apariencias y a la ostentación.
"Aquí, hace años que hay rusos y oyes hablar de cosas, pero no haces mucho caso. La gente parece muy rica y no lo es, porque las cosas son de otro", apostilla el mismo interlocutor. Es por ello que el perfil bajo del ingeniero, economista y ejecutivo moscovita llamó la atención de algunos residentes. "Tenía dinero, pero no destacaba para nada", relatan. No constaban en el vecindario peleas ni episodios conflictivos en el número 20 de la calle Aiguablava.
Cadena de 'suicidios'
En muchos círculos, la muerte de los tres Protosenya ha sido calificada como sospechosa. No solo por la misteriosa y brutal apariencia de la escena del crimen, sino por su proximidad temporal con al menos otras cinco muertes de oligarcas rusos tanto en su país como en el extranjero: Vladislav Avaev, Alexander Tyulakov, Leonid Shulman, Mikhail Watford y Vasily Melnikov.
Algunos de ellos también aparecieron muertos junto a los cadáveres de sus familiares, varios pertenecían al sector gasístico y eran --o habían sido-- cercanos a las altas esferas que orbitan en torno al presidente de ese país, Vladímir Putin. Algunos de estos empresarios se habían distanciado o pronunciado de forma abierta en contra de la invasión de Ucrania. Los sucesos coincidirían con un endurecimiento del régimen y con un éxodo de una clase alta, en ocasiones amenazada de muerte. Esto ha dado lugar a numerosas conjeturas sobre la presunta implicación de sicarios en los sucesos.
Se practicó autopsia
Mossos apuntan que la investigación continúa abierta y que el "crimen de género" se mantiene como la "hipótesis principal". Señalan que ya se ha realizado la autopsia, aunque tampoco dan detalles sobre los resultados por encontrarse las pesquisas custodiadas bajo secreto de sumario.
Mientras que el entorno de los fallecidos tiene claro que Sergey "no era un asesino", la policía catalana centra sus sospechas sobre él. ¿Por qué? Se cree que o bien se podrían haber encontrado más indicios incriminatorios, o que el caso no sería prioritario en un momento de máximo enfrentamiento con el Kremlin y escaso apoyo europeo a la disidencia o, simplemente, que se habría difundido la hipótesis del suicido para no poner en alerta a los verdaderos asesinos, de haberlos, y dar así más aire a los investigadores.
¿Feminicidio o ejecución?
Esta estrategia policial ha sido utilizada en el pasado y dicha posibilidad explicaría que los agentes hayan pedido a Fedor que no revele información sobre el crimen. Eso sí, de tratarse de un triple asesinato y no de un suicidio, se plantearían todavía más dudas. ¿Por qué no se protegió una familia con cientos de millones en su cartera y en peligro de muerte? En Rusia, se ofrecen servicios de guardaespaldas privados las 24 horas por 160.000 rublos, poco más de 2.000 euros al mes. Es de esperar que el coste sea superior para misiones internacionales pero, en cualquier caso, sorprendería que fuera desorbitado para una familia del nivel adquisitivo de los Protosenya.
En caso de que sí dispusieran de seguridad en su retiro de Lloret, ¿por qué no hay rastro de ella? ¿Por qué no se hallaron más cuerpos? ¿Qué ocurrió realmente a Sergey, Natalia y María Protosenya? La investigación policial es la última esperanza de su entorno más cercano para esclarecer lo ocurrido y, quizá, limpiar las manchas sobre la reputación de quien es ahora, a ojos de la sociedad, un asesino.