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Llegan 'los otros refugiados': la clase alta abandona Rusia ante la amenaza de cierre de fronteras

A la huída de los afectados por la guerra se añade el éxodo de rusos atemorizados por Putin, algunos de los cuales se han instalado en Barcelona tras ser amenazados de muerte

13 marzo, 2022 00:00

"¿Por qué solo has comprado un billete de ida? ¿No vas a volver para defender a tu país?" Preguntas como estas forman parte del interrogatorio de 20 minutos al que se ven sometidos los rusos que han decidido abandonar su tierra tras la invasión de Ucrania. Se añaden a los ucranianos con dinero que, lejos de los focos, se establecen en la costa de Barcelona mientras duran las hostilidades. 

En los principales aeropuertos de Rusia, cada vez se forman colas mayores: las mujeres y los niños logran cruzar los controles de forma rápida, pero los hombres se encuentran mayores dificultades. Muchos temen que el Kremlin puede llegar a cerrar las fronteras a los varones adultos en las próximas semanas, tal y como ya ha hecho el país invadido.

El presidente ruso, Vladimir Putin, en un avión de Aeroflot / EFE

El presidente ruso, Vladimir Putin, en un avión de Aeroflot / EFE

El éxodo invisible

Las fuentes consultadas por Crónica Global rechazan que el Ejército ruso, que cuenta con más un millón de soldados --la inteligencia estadounidense estima que solo un 10% están desplegados en el terreno en Ucrania-- y dos millones de reservas, necesite reforzarse armando a civiles. Sin embargo, no descartan que el conflicto se convierta en una excusa para cerrar fronteras y así "retener a la gente en el país" y evitar "que huyan y vayan contando por el mundo que no todo es Putin en Rusia".

El hecho de que Europa haya dado la espalda a la población rusa, con sanciones cada vez más duras y restricciones en la concesión de visados, ha complicado el éxodo de aquellos que tratan de huir. "Todos esperamos que no cierren las fronteras, pero mucha gente está abandonando el país, sobre todo para ir a Georgia, Armenia y Turquía, porque no necesitamos un visado y podemos permanecer allí legalmente durante un año", señala un periodista de Moscú que también se ha planteado escapar por temor al régimen de Vladimir Putin.

La policía detiene a una manifestante en Moscú / EFE

La policía detiene a una manifestante en Moscú / EFE

Amenazados de muerte

A pesar de los obstáculos, muchos de los exiliados han logrado reubicarse en ciudades del oeste europeo como Barcelona. Algunos de ellos temen por su vida. "No sé cuánto viviré. Quiero dejar patrimonio para mis hijos", confesó un magnate ruso a una inmobiliaria de la capital catalana a la que acudió, según explican fuentes del mercado.

"Vino a Barcelona y compró un local, quería quitarse el dinero de encima y vivir aquí", indican. La identidad del comprador ha sido mantenida en secreto, ya que está "amenazado de muerte" y teme que los tentáculos del Kremlin puedan llegar incluso a la Ciudad Condal.

Una cafetría de Starbucks cerrada en Moscú / EFE

Una cafetría de Starbucks cerrada en Moscú / EFE

Buscan viviendas de lujo

Según Artur Stabinski, director de Coldwell Banker Anteris Real Estate, la guerra ha provocado un auge de clientes en el mercado inmobiliario barcelonés procedentes no solo de Rusia y Ucrania, sino de países cercanos a la zona de conflicto como Polonia, Rumanía o Eslovaquia. Algunos buscan un lugar seguro para vivir, pero en muchos casos se trata de inversores que quieren protegerse de la depreciación que están sufriendo las divisas de la región.

En cuanto a los migrantes, asegura que "el 90% son de clase media y buscan alquileres de entre 2.000 y 3.000 euros para alquileres de temporada de entre seis y ocho meses", aunque hay "una minoría" que busca propiedades arrendadas por hasta 20.000 euros al mes. Lo mismo sucede con la vivienda de compra: la mayoría buscan inmuebles de entre 500.000 y un millón de euros, pero también hay clientes con presupuestos de entre uno y tres millones que buscan afincarse en Barcelona o en zonas próximas como Gavà Mar, Castelldefels o el Maresme.

Agentes de policía en una manifestación contra la guerra en Moscú / EFE

Agentes de policía en una manifestación contra la guerra en Moscú / EFE

La disidencia rusa, arrinconada

Miquel Laborde, socio de la consultora inmobiliaria Laborde Marcet también ha percibido la "intención" de algunos rusos de instalarseo invertir en inmuebles en Cataluña, aunque la mayoría de las operaciones están todavía por materializar. Ante esta situación, asegura que le parecería "una barbaridad" que las autoridades europeas no permitieran que los rusos puedan huir del país y pide "no demonizar al ruso": "¿Qué culpa tienen de que su presidente esté loco? ¿Si estás en contra de la guerra, también te tienen que hacer esto?"

La población rusa ya ha notado el efecto de las sanciones en la depreciación de sus ahorros, el cierre de numerosas cadenas internacionales y la rápida escalada de precios. Sin embargo, el consultor advierte que bloquear también su posibilidad de migrar a países occidentales sería "un error político y humano".

Ucranianos que pagan 6.000 euros al mes

Ello, desplazarse a Europa occidental, es lo que han hecho algunos acaudalados ucranianos. Andreu es intermediario de real estate en el segmento más elevado en Barcelona y cercanías, y está recibiendo peticiones desde que comenzó la invasión. "Me piden casas de alquiler con un presupuesto de 4.000 a 6.000 euros al mes. Tuve una de hasta 20.000 euros al mes. Quieren la costa de Barcelona", detalla. 

Este catalán dedicado a Europa del este admite que una parte de los refugiados ucranianos son de muy alo nivel. "Se trata de familias que huyen de la guerra, pero quieren mantener su estatus. Por ello, alquilan para varios meses, sabedores de que la situación se normalizará", ilustra. ¿Quién acude a él? "Familias con mucho dinero, rusohablantes, y que buscan activos en la costa en los que permanecer tranquilos durante la contienda", apostilla.