Los Mossos d’Esquadra han dado un paso muy importante en la investigación de la brutal violación de una chica de tan solo 16 años de edad en la salida de una discoteca en un polígono industrial de Igualada (Barcelona). La policía catalana ha hallado restos del ADN del hombre detenido el pasado jueves en esta ciudad, el único acusado hasta la fecha, tal y como ha avanzado Planta Baixa de TV3.

Requerían esta última prueba para poder armar la acusación contra el joven, de 21 años de edad, y que está en prisión provisional en Brians 1. Fuentes próximas al caso señalan que se le ha aplicado el protocolo que existe para evitar un suicidio, ya que se teme que acabe con su vida tras salir a la luz que es el presunto responsable de una brutal agresión sexual que tuvo lugar la madrugada del 31 de octubre.

Delitos que se le imputan

El hombre ha sido acusado de agresión sexual y asesinato en grado de tentativa tras su primera comparecencia ante el juez, donde se acogió a su derecho de no declarar. El caso se dirimirá en la Audiencia de Barcelona y al acusado permanecerá en la cárcel de Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona) hasta que se fije una fecha para el procedimiento.

Centro penitenciario Brians / EUROPAPRESS

Por ahora ni siquiera cuenta con un módulo asignado dentro de esta prisión. Aún permanece internado en el área de ingresos del centro penitenciario a la espera de ser evaluado para determinar si sufre algún trastorno mental que requiera su ingreso en la unidad de psiquiatría.

Antecedentes

De forma paralela a ello, los Mossos d’Esquadra prosiguen con su investigación. Por ahora, ha trascendido que el detenido contaba con antecedentes. Su madre lo denunció después de que su otra hija, de tan solo siete años de edad, explicase que había abusado de sexualmente de ella.

No es la única causa que pesaría sobre el joven. Una expareja también le denunció por malos tratos. Se desconoce si se judicializaron ambas cuestiones, aunque el ahora arrestado mantenía su libertad. No tenía relación ni con su familia ni con sus anteriores parejas. De hecho, se apunta a que tampoco se relacionaba con los vecinos de Igualada.

Su vida en Igualada

Se trasladó hasta la capital de la comarca del Antonia después de que su madre lo echara de casa. En el momento de su arresto vivía solo en uno de los pisos del número 13 de la calle Sant Sebastià de la localidad, una ubicación céntrica en una zona humilde de ese municipio. Compartía ese inmueble con otras dos personas que se habían mudado, por lo que disponía del espacio solo para él.

Registro de los Mossos de Esquadra en el domicilio del presunto violador de Igualada / LENA PRIETO

Trabajaba de repartidor y conducía una furgoneta que aparcaba en la misma zona donde residía, según los vecinos. La noche del 31 de octubre, horas antes de lo ocurrido, merodeó por los alrededores de la discoteca Epic. Participó en algunos botellones que tenían lugar en el polígono industrial de Igualada, pero nunca llegó a acceder a la sala de fiesta. Tampoco tenía relación con la víctima, que aún se recupera de las consecuencias de la brutal agresión.