La primera diada de Sant Jordi sin restricciones tras dos años de pandemia ha quedado algo deslucida por las inclemencias meteorológicas. La mañana ha comenzado con leves precipitaciones, que han dejado paso a un sol radiante y, también, a rachas de viento y fuertes tormentas de granizo que han arrasado algunas de las casetas ubicadas en el paseo de Gràcia.
Los transeúntes que hacían cola para firmar los ejemplares de sus autores favoritos en las principales vías de la Ciudad Condal han sido sorprendidos por una tormenta que ha dejado lluvias torrenciales --aunque breves-- y granizo. De hecho, debido a una de las fuertes rachas de viento que se han registrado poco antes de las tres de la tarde una de las casetas de la librería La Central, emplazada en paseo de Gràcia con Gran Vía de les Corts Catalanes, ha caído sobre las carpas del Ayuntamiento de Barcelona, destruyendo la infraestructura y causando un herido leve.
Rosas pasadas por agua
Los libreros de las más de 300 casetas salpicadas por la supermanzana literaria han tenido que cubrir los ejemplares expuestos con lonas para protegerlos del agua. Lo mismo han tenido que hacer los vendedores de los tradicionales puestos de rosas, que han intentado resguardar las flores de la intensa lluvia. A pesar del mal tiempo, que ha arreciado en algunos momentos, aquellos que hacían cola para conocer a sus escritores preferidos, han mantenido el tipo y han soportado el chaparrón. No obstante, los pétalos de las rosas que sujetaban han quedado esparcidos por el asfalto.
Cuando la tormenta ha amainado, con la salida de los primeros rayos de sol, los viandantes --que se habían resguardado bajo los alféizares y en los escaparates de las tiendas-- lo han celebrado con un sonoro aplauso.