El pasado viernes, los servicios de inspección del distrito del Eixample junto con la Guardia Urbana de Barcelona (GUB) acudieron al bar Champi, en el que se ha originado una brutal explosión durante la madrugada de este martes, con la intención de precintarlo. Lo hicieron a petición de los vecinos, que realizaron varias llamadas quejándose de las molestias que ocasionaba la propietaria.
Sin embargo, cuando llegaron los servicios de inspección se encontraron con el local cerrado y descubrieron que ya no presentaba actividad, por lo que se abortó este precinto preventivo, ha confirmado este martes el teniente alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle. "Ahora mismo estamos recabando toda la información relacionada con los antecedentes de esta persona", ha asegurado Batlle.
El bar estaba cerrado
"Había denuncias por molestias, por lo que los servicios de inspección del distrito se movilizaron, aunque podemos confirmar que el bar estaba cerrado al menos desde finales de la semana pasada", ha confirmado el teniente de alcalde de Seguridad. Así continuaba este martes, cuando voló por los aires. Los Bomberos se encontraron a la propietaria --y presunta autora de estos hechos-- tendida en la calle, posiblemente a causa de la onda expansiva, aunque Batlle ha aclarado que se cree que estaba en el interior del local cuando se originó el incendio.
Así lo confirman también los vecinos que se paran frente al cordón policial para observar las consecuencias del siniestro. Aseguran que la dueña había bajado la persiana del bar hace ya una semana y que había amenazado con quemarlo.