La Audiencia de Girona ha condenado a 12 años de prisión al acusado de robar en la casa de dos hermanos con discapacidad intelectual de Figueres (Girona) y obligarle a uno de ellos a realizarle una felación durante la madrugada del 6 de abril de 2020.
Según recoge la sentencia, el individuo golpeó, abofeteó y empujó a los dos hermanos. Además, el auto subraya que el autor de estos hechos se aprovechó del temor que infundió en las dos víctimas para agredir sexualmente a una de ellas.
No negaron la agresión sexual
En este sentido, el tribunal otorga plena veracidad a la versión de la víctima y descarta cualquier “ideación o fabulación” en su declaración. Mientras que al principio se negaba a decir que lo habían “humillado”, después explicó lo sucedido. “No parece lógico, teniendo en cuenta sus limitaciones expresivas y la diversidad de capacidades, que haya ideado un relato” que no sea el cierto, concluye el magistrado.
Por otra parte, cuando se detuvo al autor de los hechos y al compinche y se les comunicó que a uno de ellos se le atribuía un delito de agresión sexual se culparon mutuamente, aunque sin negar que se hubiera producido.
Expulsión para el principal autor
Además de la condena de 12 años de prisión, el tribunal ha acordado la expulsión del país para J. L. una vez haya cumplido tres cuartas partes de la condena. Junto a él se ha sentado un segundo acusado, que ha quedado probado que participó también en el asalto aunque no en la agresión sexual.
A este segundo procesado el tribunal le ha impuesto una pena de cuatro años de cárcel por el delito de robo. La fiscalía y la acusación particular solicitaban 20 años para los dos acusados, a los que consideraban coautores del ataque. Además, en concepto de responsabilidad civil, ambos tendrán que indemnizar a las víctimas con 600 euros a cada una además de 3.000 euros a la que sufrió una agresión sexual.
Padecen una discapacidad y esquizofrenia
Según la sentencia emitida por el magistrado Gonzalo Escobar ambos se pusieron de acuerdo para entra a la casa a robar en pleno confinamiento, aprovechando que no había nadie en la calle. La sentencia recoge que no tuvieron que forzar la puerta y que, una vez dentro, propinaron a las víctimas “golpes en la cara, en la cabeza, empujones y bofetadas” generando “un clima de terror en ellos”.
Además, las víctimas tienen diagnosticada una esquizofrenia paranoide y una discapacidad intelectual del 65%. La sentencia recoge que, aprovechándose de su condición, los agresores causaron desperfectos en la casa para atemorizarlos. Tras haberse hecho con un escaso botín --compuesto por un carrito de la compra, dos máquinas de afeitar, una botella de alcohol, dos colonias, un bote de crema corporal y una cazadora-- los ladrones huyeron de la casa. Poco tiempo después, fueron detenidos en la estación de Figueres todavía con los objetos robados.