Cataluña ganó población en 2020 pese a la situación de la pandemia, pese al descenso del crecimiento natural y también pese a la caída del saldo migratorio con el resto de España. Sin embargo, la migración con el extranjero permitió un aumento neto de 17.555 vecinos, para fijar el total de ciudadanos en 7.739.758, según los últimos datos disponibles del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), de 1 de enero del 2021. No obstante, esta realidad choca con otra, y es que las grandes ciudades de la comunidad, aquellas con más de 20.000 habitantes, sufrieron el mayor éxodo del siglo, con la pérdida de 40.000 almas, un retroceso del 0,7%.
Los 67 municipios catalanes con más de 20.000 habitantes sumaban el 1 de enero del 2021 5.528.964 vecinos, 39.095 menos que un año antes, cuando aún no había estallado la pandemia. Pero el descenso de población no fue igual en todas las ciudades. Es más, algunas de ellas, 22 en concreto, ganaron residentes, con Sant Cugat del Vallès a la cabeza en números absolutos (+1.035 personas) y Calafell, en relativos (+3,12%). También integran este grupo localidades como El Vendrell, Sitges, Sant Pere de Ribes, Olot, Cambrils, Amposta y Banyoles. Es decir, urbes más esponjadas, más alejadas de los núcleos urbanos y con un aire más limpio.
El Barcelonès, la comarca peor parada
Por el contrario, las ciudades del Barcelonès fueron las peor paradas. De hecho, esta es, junto con el Pallars Jussà, el Segrià y la Ribera d'Ebre, la única comarca que perdió población en el año de la pandemia (-5 personas por cada 1.000 habitantes). En este caso, la capital, Barcelona, se sitúa arriba de todo (-27.450 ciudadanos), seguida de L'Hospitalet de Llobregat (-4.725). También retrocedieron las otras metrópolis de la región: Sant Adrià de Besòs (-164), Santa Coloma de Gramenet (-1.154) y Badalona (-160). No obstante, porcentualmente, las huidas más grandes fueron las registradas en Lloret de Mar (-1,76%), en L'Hospitalet (-1,75%), en Barcelona (-1,65%) y en Girona (-1,39%).
Es cierto que, a raíz del primer estado de alarma, del que este domingo, 13 de marzo, se cumplen dos años, aumentaron las búsquedas de viviendas más espaciosas y alejadas de los núcleos urbanos de las grandes ciudades. Confluyeron distintas cuestiones que motivaron ese interés por un cambio de residencia, como el recuerdo del confinamiento y, también, la idea de que el teletrabajo llegaba para quedarse, algo que, por lo general, no ha sido así. Pero con el fin de las restricciones y la vuelta a la presencialidad, explican desde Idealista, en los últimos meses la tendencia ha cambiado por completo, y, aunque perciben en sus clientes “ganas de cambiar”, atrás quedan las intenciones de marcharse a lugares “exóticos”, sino más bien “cercanos al lugar de trabajo”. Estos análisis los comparten otros especialistas del sector inmobiliario: pasada la tempestad la gente vuelve a las ciudades. Asimismo, las voces consultadas recuerdan que pocas operaciones se cerraron en los meses más duros de la pandemia, o lo hicieron en número muy inferior al de las búsquedas de casas en el entorno rural.
El Maresme y el Baix Llobregat
Por su parte, desde Engel & Völkers, compañía dedicada a la intermediación de inmuebles de alto standing, remiten a su Informe de mercado de Catalunya 2020-21, en el que se apunta que, en 2020, creció el “interés por casas de la periferia” de Barcelona, en especial “los municipios de alto standing del Maresme (como Sant Andreu de Llavaneres, Sant Vicenç de Montalt y Tiana), Castelldefels, Gavà y Sant Cugat. Estos tres últimos figuran entre los municipios con más de 20.000 habitantes, pero, curiosamente, solo Sant Cugat ganó vecinos en 2020; Castelldefels y Gavà perdieron algunas decenas de habitantes. Por último, destaca el aumento de compras de obra nueva (+20%) y solares (+18%) en La Cerdanya ese año, con incrementos que casi duplican los del 2019 (cuando fueron del 11% en ambos casos).
A pesar de estos movimientos, no se produjo ningún cambio de posición entre las 10 ciudades más pobladas. Así, Barcelona lidera la lista, con más de 1,6 millones de habitantes, seguida de L'Hospitalet (265.000 vecinos), Terrassa (223.011), Badalona (223.006), Sabadell (216.000), Lleida (135.000), Tarragona (135.000), Mataró (129.000), Santa Coloma de Gramenet (119.000) y Reus (106.000). Tampoco se ha añadido al grupo de los 20.000 ningún otro municipio, ni ha salido ninguno en los últimos 12 meses.
Distribución desigual
A 1 de enero del 2021, las ciudades catalanas con más de 20.000 habitantes concentraban el 71,4% de la población. Es decir, siete de cada 10 catalanes se reparten en 67 municipios, y el otro 29% se divide entre las 880 localidades restantes. Pero, dentro de las metrópolis, también aparecen notables desigualdades de distribución: 47 de estas urbes se encuentran en Barcelona; 10, en Tarragona; nueve en Girona, y solo una en Lleida.