La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha aprobado el uso de la empagliflozina, comercializada bajo el nombre de Jardiance, para tratar la insuficiencia cardíaca crónica sintomática. Esto convierte el fármaco en el primer y único tratamiento autorizado para todos los adultos que sufren esta afección.
La decisión se ha tomado en base a los resultados de un ensayo clínico que ha investigado el efecto de 10 miligramos de empagliflozina una vez al día en comparación con placebo, ambos añadidos al tratamiento de referencia, en 5.988 personas con insuficiencia cardíaca y una fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI) superior al 40%. La molécula ha mostrado una reducción del 21% en el riesgo de hospitalización o muerte por esta causa.
Más de 100.000 ingresos al año
La insuficiencia cardíaca afecta a más de 15 millones de personas en Europa y provoca cerca de dos millones de hospitalizaciones al año. De estos ingresos, según datos de la Sociedad Española de Cardiología, más de 107.000 se producen en nuestro país, por lo que su ausencia de opciones de tratamiento hasta la fecha se considera una de las mayores necesidades actuales en esta rama de la medicina.
Por tanto, la decisión de la EMA de aprobar este medicamento va a permitir “hacer historia” al redefinir el tratamiento de referencia para millones de personas que viven con insuficiencia cardíaca, destaca Waheed Jamal, vicepresidente corporativo y director de medicina cardiometabólica de Boehringer Ingelheim, la empresa que comercializa el fármaco y cuya sede en España se ubica en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Enfermedad renal crónica
Por su parte, el vicepresidente de desarrollo de productos de Lilly, Jeff Emmick, recuerda que el tratamiento ya recibió la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) de Estados Unidos hace unos días, de modo que celebra que Europa también haya dado un paso al frente en este sentido.
Asimismo, señala que la empagliflozina también podría ser beneficiosa para tratar otro tipo de patologías cardiorrenales y metabólicas. “Seguimos explorando la capacidad del fármaco para mejorar los resultados en estas patologías y esperamos con interés los próximos resultados del ensayo clínico que explora el potencial de la molécula en el tratamiento de la enfermedad renal crónica”, apunta.