El levantamiento de algunas restricciones impuestas por el Govern para la contención del Covid ha tenido sus consecuencias. El fin de los confinamientos municipales y la reapertura de los locales de ocio nocturno han sido factores determinantes que han alterado las cifras de agresiones sexuales bajo sumisión química. En concreto, las violaciones que tienen como víctimas a menores de edad se han disparado en los últimos meses. 

Así lo confirma Núria Sanvicens, responsable del Área de Química y Drogas del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Barcelona. “A principio de año todavía hubo bastantes restricciones, pero a partir del verano hubo un despegue en el número de agresiones sexuales que coincide, curiosamente, con el levantamiento de los confinamientos”.

Un fenómeno preocupante

En los últimos 10 años se han incrementado de forma progresiva las violaciones por sumisión química. Sin embargo, aunque se haya registrado un repunte con el fin de las restricciones, las cifras registradas en 2021 se mantienen ligeramente por debajo de los datos de 2019, el año previo al estallido de la pandemia. Con una excepción: y es que la franja de las menores de edad se ha ensanchado. “Hemos observado un fenómeno que nos ha llamado mucho la atención: el incremento de este tipo de agresiones sexuales a menores. Las cifras se mantenían entre un 15% y un 17% de los casos, pero este año han ascendido hasta el 30% de los que hemos recibido en el servicio de química y drogas”, asegura Sanvicens.

Un hecho constatado también por el Hospital Clínic, cuyos datos demuestran que el 55% de las agresiones en las que hay sospecha de sumisión química se cometieron en menores de 25 años. Así pues, las cifras hablan por sí solas: una vez finalizadas las restricciones, los datos se han ido igualando respecto a antes de la pandemia.

 

Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses / GOBIERNO

Una mayor concienciación 

Si bien es evidente que la relajación de las medidas sanitarias y la reactivación del ocio nocturno ha tenido un impacto en el repunte de las violaciones bajo sumisión química, la facultativa sugiere que estas cifras también podrían corresponder a una mayor concienciación de las propias víctimas. “Lo que ocurre es que las jóvenes están más concienciadas y, en vez de avergonzarse, esconder o tapar lo sucedido, acuden a un centro de urgencias y presentan una denuncia”.

De hecho, en las redes sociales proliferan iniciativas que sirven de altavoz. Es el caso del conocido perfil de Instagram Denuncia tu bar, donde las mujeres que han sido víctimas de algún tipo de agresión --especialmente por sumisión química-- pueden explicar su caso de forma anónima. “¿Has vivido acoso o agresión de cualquier tipo en algún bar nocturno en España? ¿Te han drogado, han abusado de ti? Denuncia de manera anónima”, así se presentan en las redes, donde hacen un llamamiento a las jóvenes para que sean “valientes” y testifiquen. 

El análisis de las muestras

Una vez que una víctima decide dar el paso, cuando llega al servicio de urgencias de un hospital será atendida por un médico forense. Este facultativo será el encargado de llevar a cabo el reconocimiento y tomar las muestras que le son remitidas al departamento Toxicológico. Normalmente es la orina la prueba que se deriva, porque tiene una ventana de detección más amplia que la sangre sobre sustancias químicas en el cuerpo. “La orina es la muestra ideal, porque en ella pueden detectarse metabolitos --producto que queda después de la descomposición de un fármaco-- hasta cuatro días y, en algunos casos, también la sangre”. 

Para aquellas que han tardado más de una semana en denunciar una violación, se analizan elementos como el cabello. “Detectar un consumo puntual de una sustancia en un cabello es muy complejo”, explica Sanvicens. Aunque se puede lograr, hay muchos factores que entran en juego, como las características de éste. “Los fármacos o drogas se fijan mejor en un pelo moreno que en un pelo rubio, o en uno teñido, decolorado o tratado. Por no hablar de la farmacocinética y farmacodinamia, que cada persona es un mundo”.

Por eso, la recomendación de esta experta es acudir cuanto antes al hospital para que la detección de sustancias sea relativamente sencilla. Y, además, aconseja “no lavarse, no cambiarse de ropa e intentar no ir al baño” para que la primera muestra de orina contenga más información. Cuestión clave para localizar al agresor. 

Imagen de un bar de copas de Barcelona / EP

Protocolo de seguridad en el ocio

El ocio nocturno es el entorno donde se suelen dar las agresiones por sumisión química. Aunque desde la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon) inciden en que las agresiones suelen producirse en los botellones, y no en el interior de los locales, existe un protocolo de seguridad a disposición del sector contra las violencias sexuales que se aplica a rajatabla.

Se trata de una herramienta que especifica cuál debe ser el punto de partida en la actuación y coordinación de los diferentes profesionales de la seguridad que ejercen sus funciones en Cataluña. En este sentido, la patronal del ocio nocturno de Cataluña se ha puesto manos a la obra para hacer de la noche un lugar seguro para todos.