En una operación conjunta, la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra, han desmantelado a un grupo criminal dedicado al robo con fuerza en domicilios de distintos puntos del país. De las ocho personas detenidas por su presunta vinculación en estos hechos, el juez instructor ha ordenado el ingreso en prisión para siete de ellos.
Los agentes atribuyen estas personas, al menos, 16 robos en viviendas de Barcelona, Tarragona, Lleida, Toledo, Burgos, Segovia y Madrid. Sin embargo, no descartan que hayan participado en otros hechos similares.
Actividad criminal transnacional
La organización empezó a robar domicilios de Cataluña en el mes de septiembre de 2021, concretamente en la localidad de Tortosa. Sin embargo, los agentes comprobaron que la organización operaba en otros puntos del territorio nacional. En total les atribuyen robos en las localidades de Taradell (Barcelona), Linyola (Lleida), Santa Maria de Palautordera (Barcelona), Bell-lloc; Urgell (Lleida), Bellpuig (Lleida), Sidamon (Lleida), Navarcles (Barcelona), Sils (Girona), Calera y Barracas (Toledo), Aranda de Duero (Burgos), El Espinar (Segovia), Madrid, y Manlleu (Barcelona).
Los componentes del grupo criminal vivían en los alrededores de Barcelona, concretamente en L'Hospitalet del Llobregat y Cornellà de Llobregat, pero se desplazaban con frecuencia hasta el barrio de Puente de Vallecas (Madrid). Además, los agentes han podido certificar que los ahora detenidos viajaron varias veces a Italia, dejando patente una posible actividad criminal transnacional.
Robaban en horario diurno
Los detenidos cometían siempre los robos en horario diurno, entre las nueve de la mañana y las dos del mediodía. Para cometer los robos, hasta el lugar se desplazaban un mínimo de tres personas en dos vehículos donde realizaban maniobras de contravigilancia consistentes en conducción errática.
Mientras uno de los miembros cometía el robo con la cara cubierta, los otros dos controlaban la zona. Los miembros accedían a la casa haciendo palanca con un destornillador y forzaban la puerta con un “pico de loro”. En los casos en los que no eran capaces de acceder de este modo, lo hacían por una ventana. Después cargaban uno de los coches con los objetos robados mientras que el otro hacía de avanzadilla, detectando posibles controles policiales.
Robaban joyas
El grupo robaba principalmente joyas, de las que se desprendían en el máximo de uno o dos días. En concreto, los ahora detenidos vendían las piezas en un local de compraventa de oro ubicado en Usera (Madrid). El resto de objetos los almacenaban en sus domicilios hasta que los vendían o simplemente les daban un uso particular.
Los agentes realizaron un total de seis entrada y registros en la casa de los investigados donde localizaron 7.000 euros en efectivo y más de 200 objetos procedentes de robos.