Las tareas domésticas tras una larga jornada de trabajo abruman a cualquiera y son una de las principales fuentes de conflicto en cualquier hogar. Son causantes de mucho estrés, especialmente si solo recaen sobre uno o dos miembros de la familia, normalmente los padres.
Erróneamente, muchos progenitores dejan al margen de los quehaceres de casa a los más pequeños, pues piensan que, más que ayudar, complican y retrasan la faena. Sin embargo, hacer partícipe a los hijos de las responsabilidades desde pequeños siempre dará más resultados que intentar empezar cuando ya son adolescentes, ayudará a aligerar la presión en casa y mejorará las relaciones interfamiliares.
Convertir a los hijos en personas autónomas, solidarias y responsables
“Que nuestros hijos colaboren en las tareas domésticas ayuda a fomentar que se conviertan en personas autónomas, empáticas, respetuosas, solidarias, altruistas y responsables”, señalan Laura González y Susana Conejo, cofundadoras de Nanas & Co, una empresa de selección de personal doméstico. No obstante, reconocen que “no siempre resulta sencillo que obedezcan y que asuman esta cooperación como un plan apetecible y conseguirlo supone un verdadero reto de autocontrol y paciencia para los padres”.
Sin embargo, añaden, “es importantísimo concienciar a nuestros hijos de que la familia es un equipo, y que ellos deben trabajar para integrarse en él y, para ello, ayudarse mutuamente es fundamental. La familia es el agente de socialización más importante, la responsable de transmitir valores, normas y conductas. Que el niño asuma responsabilidades en las labores domésticas significa también enseñarle a colaborar por un bien común y a aprender el autocuidado y el cuidado de los demás”, destacan.
Colaborando en casa desde pequeños
Para que asuman este funcionamiento familiar y asuman las tareas como una responsabilidad más, como lo es la higiene personal o ir al colegio cinco días por semana, “se recomienda comenzar en los primeros años. De este modo, desarrollarán un sentimiento de pertenencia y aumentará su autoestima. Además, aprenderán a organizarse y a adquirir buenos hábitos de convivencia”, sostienen desde Nanas & Co.
Las tareas deberán asignarse según la edad o el grado de madurez de cada niño. “No podemos pedirles tareas que no puedan realizar porque, seguramente, las hagan mal. Observa cómo es cada hijo, si es un niño hábil y ordenado se le puede pedir recoger, ordenar y colocar sus pertenencias. De esta forma, potenciamos la confianza en sí mismos”, insisten estos expertos en personal doméstico.
Enséñales, no les riñas
Esto es, claro, una carrera de fondo. “La mejor estrategia es dar ejemplo. Conviene aprovechar en los más pequeños el poder de imitación hacia los padres. Enséñales cómo se realizan las tareas, supervísales y dales autonomía. Si lo hacen mal, no les riñas y ofréceles ayuda, de lo contrario pueden frustrarse y abandonar la labor. Es recomendable, además, ir incorporando los quehaceres de forma gradual”, subrayan González y Conejo.
“Es importante no caer en el error de convertir las tareas en algo negativo, no las utilices como castigo. Cada vez que el niño realice una tarea, después tiene que venir un refuerzo positivo y el reconocimiento de su esfuerzo y participación”, puntualizan.
A mayor colaboración, mayor harmonía familiar
Una buena opción para clarificar las responsabilidades de cada miembro de la familia es “negociar una tabla de labores que todos se comprometan a respetar. El aprendizaje y el cambio es posible, pero exige perseverancia, paciencia y constancia. Cuanto mayor es la implicación de cada miembro en las tareas domésticas, mejores son las relaciones interfamiliares. Al aumentar la participación, se contribuye a la harmonía del hogar”, explican las fundadoras de esta empresa líder en servicio doméstico.
Un estudio realizado en la Universidad de Harvard, en el cual se basa el libro Cómo criar un adulto, de Juie Lythcott-Haims, exdecana de la Universidad de Stanford, mostraba que los niños que realizaban tareas en casa terminaban, en su mayoría, convirtiéndose en adultos exitosos en su vida profesional.