Investigadores del instituto oncológico del hospital Vall d’Hebron (VHIO) de Barcelona han demostrado que la medicina personalizada mejora el pronóstico de pacientes con colangiocarcinoma, un tumor que se origina en los conductos biliares del hígado y suele diagnosticarse cuando ya está avanzado, lo que dificulta el éxito de su tratamiento.

El estudio, en el que se han analizado de forma retrospectiva 327 pacientes afectados por este tipo de cáncer que fueron tratados en el centro hospitalario entre 2011 y 2020, ha utilizado la clasificación ESCAT. Se trata de una herramienta de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) que sirve para diferenciar las alteraciones de los tumores según su nivel de impacto en la medicina de precisión.

Un 56,3% con alteraciones moleculares

El colangiocarcinoma es un tumor con una incidencia “muy baja”, pues solo entre dos y tres habitantes por cada 100.000 lo desarrollarán, y es también muy heterogéneo a nivel molecular. De hecho, este análisis ha probado que un 56,3% de los tumores estudiados presentaban alteraciones moleculares sobre las que era posible dirigir un tratamiento.

Teniendo en cuenta que las opciones de tratamiento para este tumor en estado avanzado son “limitadas” y las armas terapéuticas de las que se disponen son “pobres”, este dato ha dado esperanzas a los investigadores. “Saber que más de la mitad de estos tumores presentan alteraciones que se pueden tratar de forma personalizada aporta un dato muy esperanzador que nos ayudará a implementar una medicina de precisión que mejore los resultados de estos pacientes”, ha expresado Teresa Macarulla, la oncóloga que ha dirigido el proyecto.

La utilidad de la secuenciación genética

El análisis, cuyos resultados publica hoy la revista científica Clinical Cancer Research, también ha servido para demostrar la utilidad de estudiar la secuenciación genética de nueva generación (NGS) en estos pacientes, recomendada por la ESMO pero sin estar considerada todavía un estándar en el manejo de la enfermedad.

En este sentido, la doctora Macarulla defiende que los resultados obtenidos les llevan a pensar que el NGS “debería convertirse en una herramienta clave que nos ayude a identificar mejor los pacientes que obtendrían un mayor beneficio de las terapias dirigidas”. Así pues, apuestan por priorizar los tratamientos personalizados que estén dirigidos a medida para der la promesa de la oncología de precisión en este grupo de pacientes.