La sede de CCOO ha albergado este viernes una jornada de prevención del suicidio en los cuerpos policiales y de emergencias. Mertxe Paredes, secretaria de Relaciones Institucionales y portavoz, ha sido la encargada de presentar las cuatro ponencias relativas a este "problema escondido", que en el caso del CNP ha dejado 14 agentes fallecidos este año.
“Es un fenómeno que tiende a silenciarse y a anonimizarse, pero tiene nombres, apellidos, familia y sufrimiento”, ha iniciado su ponencia el director general de Mossos d’Esquadra, Pere Ferrer Sastre. “Pongamos números”, ha reivindicado. En la policía autonómica se han quitado la vida desde 1996, año en el que comenzaron a contabilizarse estos episodios, 35 agentes, de los cuales 26 estaban en activo. En la mayoría de los casos lo hicieron con su arma de fuego.
El estigma de ser policía
Según el director general de la policía catalana, la profesión de los policías lleva asociado, además, un gran estigma. “Es un contexto de mayor exigencia emocional que la que requieren otros ámbitos laborales, sobre todo en los últimos años”, ha explicado en referencia a la situación convulsa que atraviesa el cuerpo en Cataluña. Como medida de prevención, Ferrer incide en la necesidad de “dotar a los agentes de herramientas académicas y técnicas para detectar riesgos psicosociales”.
“Es evidente que el estrés al que está sometido un policía es importante, pero si además se suma la naturaleza funcional de algunas unidades determinadas o la tensión de algunos episodios concretos, la carga de trabajo acaba teniendo una incidencia en la salud mental de los agentes que nos preocupa”, ha reconocido. Ferrer ha resaltado la importancia de actuar desde la Administración cuando se detectan picos puntuales de mucho estrés o cuando haya exposición a un riesgo, un factor que incide en este tipo de conductas: “Después del fenómeno de los chalecos amarillos en Francia hubo un repunte de suicidios en la Germanderie, con un suicidio a la semana”. Aunque no se trata de una tendencia al alza dentro del cuerpo, el recién nombrado director general se ha comprometido a trabajar durante los próximos años para mejorar esta situación.
Cuidar la salud mental
Antonio Guix, responsable de salud laboral del sector de Mossos d’Esquadra de CCOO Cataluña, ha comenzado su intervención leyendo cartas reales de suicidio: "Tenemos que intentar que no haya cartas nuevas". Por eso, ha explicado, el objetivo de las jornadas es el de visibilizar y normalizar esta situación: “Hay un problema en los cuerpos policiales y de emergencia, hay que sacarlo a la luz”. Guix ha incidido en que el cuidado de la salud mental debe convertirse en una prioridad. “Tiene que ser como ir al oculista. Tenemos que conseguir que los agentes no tengan la preocupación de qué van a decir sus compañeros porque hayan ido al psicólogo, que no sea una mancha en el expediente para promocionar”, ha denunciado. No obstante, ha aclarado que este avance no será posible sin el apoyo de las Administraciones, tanto locales como nacionales. “Si nadie nos echa una mano, no tendremos salida”, ha añadido.
Cuando el estrés confluye con los problemas personales, se crea el caldo de cultivo perfecto ideal para crear una bomba de relojería. Por eso, varios agentes del cuerpo de la Policía Nacional han desarrollado una iniciativa para frenar los suicidios dentro del cuerpo. José Antonio López Tamarit, licenciado en Psicología y Psicopedagogía, y coordinador del proyecto de prevención de riesgos psicosociales ViveCNP, ha explicado que esta iniciativa nació, precisamente, al albor de los suicidios del CNP. “El suicidio es la última estación de un tren que va descarrilando”, ha explicado.
Operaciones traumáticas
Varios agentes colegiados en Psicología y Prevención de riesgos laborales ayudan a compañeros durante su tiempo libre. “Hacemos asesoramiento y orientación psicolaboral gratuita, anónima y confidencial”, explica López Tamarit. Aunque no hacen evaluaciones, peritajes psicológicos ni intervenciones terapéuticas, si durante el asesoramiento detectan un problema o alguna conducta de riesgo, se les deriva a un especialista. Este programa está basado en las experiencias de otras policías como el proyecto POPPA de la policía de Nueva York y COP2COP de la de Nueva Jersey.
Uno de los factores de riesgo en el ámbito de los cuerpos policiales son las operaciones traumáticas, aquellas en la que los agentes han tenido que disparar, en las que han perdido a un compañero o en las que han sido testigos de escenas de gran dureza. El promotor de ViveCNP ha recordado un episodio en 2017 en Galicia, durante una oleada de incendios forestales, en el que los agentes tuvieron que trabajar en condiciones de temperatura extremas, de hasta 90 grados, y en el que, además, hubo varios fallecidos. En esos casos celebran jornadas de gestión del estrés que han reportado resultados muy positivos.
El peor dato hasta la fecha
El psicólogo asegura que el 72% de los agentes del cuerpo han confesado haber vivido una intervención policial que les ha impactado psicológicamente. "La mayoría de los trabajadores, cuando hay peligro pueden abandonar su puesto de trabajo. Nosotros no, tenemos que enfrentarnos. Pero no somos de metal", recuerda. Por eso, desde el CNP han habilitado un teléfono, el 91 582 10 43, atendido permanentemente por psicólogos, al que los policías pueden llamar en cualquier momento del día.
Con esta medida esperan reducir la media de suicidios del cuerpo, entre ocho y nueve cada año. En 2021 se han registrado ya 14, la peor cifra hasta ahora. “Hay que trabajar con el policía, pero también para mejorar el entorno laboral. No pasa nada por conversar con un compañero sobre este problema, abiertamente. Hablar no alienta el suicidio. Hay que empatizar, acompañarlo, proveerle de guías de ayuda y, si es necesario, retirarle el arma", ha concluido.
Acompañar a la familia
Javier Muñoz, facultativo de Psicología de intervención psicosocial del CNP, ha anunciado la creación de un plan de promoción de la salud mental y prevención de la conducta suicida. Este proyecto, que incluye campañas de sensibilización, formación, la creación de un teléfono de atención 24 horas y asistencia psicológica, “está firmado por el director general de la Policía y es de obligado cumplimiento”, ha explicado.
Detrás de esta iniciativa hay 12 psicólogos que, desde junio, ofrecen orientación y apoyo psicológico a los 70.000 agentes del cuerpo en España. Además de atención a los compañeros, dan también acompañamiento a familiares. En aquellos casos en los que se ha consumado un suicidio, se desplazan hasta el domicilio para comunicárselo a la familia, una labor que hasta ahora hacía la unidad de homicidios. "Son momentos de duelo, muy duros, pero que ayudan a que sea lo más digerible posible, a que su entorno no se culpabilice". Después de acompañar y arropar a la familia, acuden a la comisaría para entrevistarse individualmente con los compañeros más cercanos, a los que se hace un seguimiento.
La Guardia Civil, a la cola
En el caso de la Guardia Civil, la situación es desesperanzadora. Eugenio Nemiña, secretario jurídico de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, asegura que el instituto armado se ha quedado “muy obsoleto y muy atrasado" en este ámbito. Aunque se ha registrado una disminución de suicidios en los últimos años, “se ha producido un estancamiento en las cifras”. “La primera vez que tuvimos acceso a datos fue en 2018, antes era un tema tabú”, se ha lamentado. Asimismo, ha denunciado públicamente que desde el cuerpo desvinculan estos episodios del estrés laboral y que, en numerosas ocasiones, sus superiores han llegado a acusarlos de fomentar el suicidio de los compañeros por querer sacar a la luz un problema real.