Un día antes de que arranque la cumbre mundial COP26 por el cambio climático, la Oficina Catalana del Cambio Climático (OCCC) ha publicado un avance del análisis de la emisión de gases de efecto invernadero que demuestra que el territorio cumplió en 2020 los objetivos europeos en este ámbito. Según defiende el Govern en un comunicado, esto se habría logrado igualmente aunque no se hubiera producido el parón durante el confinamiento por la pandemia del Covid-19.
El organismo estima que se emitieron 38,5 millones de toneladas de CO2, lo que supone una reducción global del 12,4% respecto a las de 2019. Así pues, estas se ajustan a los objetivos 20/20/20 de la Unión Europea, que buscan reducir las emisiones globales de estos gases un 20% con respecto a 1990, aumentar la proporción del uso de renovables un 20% y mejorar la eficiencia energética otro 20%.
Por debajo de 1990 por primera vez
El avance del informe del OCCC prueba que las emisiones del ejercicio anterior fueron un 33% menores que las registradas en 2005, el año con más emisiones durante el periodo 1990-2019. Además, se sitúan por “primera vez” por debajo de los niveles de 1990, concretamente un 1%.
Por otro lado, el organismo sostiene que en el año de la pandemia dejaron de emitirse 5,5 toneladas de CO2 respecto al año anterior, lo que supone “la variación anual más grande que se produce en toda la serie inventariada, que comienza en 1990”, subraya el comunicado del Govern.
Aumento de las renovables
La oficina también destaca el incremento de la generación de electricidad mediante fuentes de origen renovable en el conjunto de la red de distribución eléctrica. Por ello, aunque reconocen que el descenso de contaminantes está “intrínsecamente ligado” a las limitaciones de la actividad y la movilidad a raíz del coronavirus, aseguran que se habría llegado al objetivo.
En cuanto a los emisores de los gases contaminantes durante el 2020, 13,1 millones se corresponden a instalaciones sometidas al régimen de comercio de derechos de emisión, otros 0,2 millones los emitió el sector de la aviación nacional, mientras que los 25,5 millones restantes lo hicieron sectores denominados técnicamente difusos. Esto se refiere a que no están sometidos a la directiva europea de derechos de emisión, como el transporte, los residuos y la agricultura, entre otros.