Quiero pensar que estoy equivocado y que a nuestra alcaldesa le apasiona nuestra ciudad y por eso quiso dirigirla. No obstante, revisando su actitud llego a la conclusión de que quizás no esté equivocado y que a Ada Colau la ciudad le genere indiferencia, pues de lo contrario no lo entiendo.
Quiero pensar que estoy equivocado, pero fundadamente lo dudo cuando veo que habiendo interés en abrir el Hermitage –uno de los más importantes y renombrados museos del mundo— en Barcelona en un precioso proyecto junto al mar, reciba una oposición frontal por parte de las autoridades municipales y se enfrenten a la directora del Puerto de Barcelona por ayudar a que dicho proyecto vea la luz.
Quiero pensar que estoy equivocado, pero fundadamente lo dudo cuando observo que habiendo la oportunidad de ampliar el aeropuerto de El Prat –como va a ampliarse sin debate Barajas—, el consistorio municipal vuelve a mostrar su oposición, cuando Barcelona, podría con dicha inversión, tener un aeropuerto mucho más internacional que nos evitase a los barceloneses tener que hacer escala en aeropuertos marcadamente internacionales como Heathrow, Schipol o Fráncfort, y recuperase un turismo de alto nivel, tristemente venido a menos en la ciudad.
Quiero pensar que estoy equivocado, pero fundadamente lo dudo cuando observo que el primer Hotel Four Seasons, una de las mejores cadenas hoteleras del mundo, de España se ha abierto en Madrid, pero no por ser su primera opción, pues lo era Barcelona, sino porque el equipo de Ada Colau lejos de apoyar dicho proyecto se cruzó con el mismo.
Quiero pensar que estoy equivocado, pero fundadamente lo dudo cuando veo que se permite durante 500 días, por parte de la Guardia Urbana que depende de Ada Colau, el corte de la Meridiana cada noche, con el consiguiente fastidio a quienes cada precisan hacer uso de dicha arteria de entrada y salida de Barcelona.
Quiero pensar que estoy equivocado, pero fundadamente lo dudo cuando viene a mi bufete un fondo alemán y me explica que desea invertir en inmuebles en España, pero que sus apuestas son Madrid y Valencia, porque descarta Barcelona atendido su proteccionismo a los okupas.
Quiero pensar que estoy equivocado, pero fundadamente lo dudo cuando leo que se minorarían los lamentablemente cada vez más frecuentes robos de relojes a turistas si los hoteles y comercios del paseo de Gràcia contasen con unas cámaras de seguridad que esperan instale el Ayuntamiento de Barcelona y no llegan.
Quiero pensar que estoy equivocado, pero fundadamente lo dudo cuando veo que Colau prohíbe llevar a cabo su función a los antidisturbios y en nuestra preciosa ciudad reina el caos tras un botellón de varios días con múltiples heridos de arma blanca, vandalismo y pillaje en tiendas, contenedores ardiendo y anarquistas viniendo de otras ciudades a desfogarse porque en Barcelona se permite todo.
Quiero pensar que estoy equivocado, pero fundadamente lo dudo cuando leo en este medio que el AMB (Área Metropolitana de Barcelona) tiene que pagar a Agbar 15 millones de euros por incumplir el servicio de saneamiento, cargando injusta y repetidamente el Ayuntamiento de Barcelona contra dicha empresa modélica.
Son demasiadas cosas que me llevan a pensar que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, si no odia cuando menos desprecia la Ciudad Condal, pues como barcelonés estoy enormemente decepcionado con su gestión. Y es que la decadencia de Cataluña remitirá y se revertirá cuando volvamos a tener una Barcelona fuerte, que genere admiración, que atraiga inversión; una Barcelona segura, ¡ que enamore! Así que nos haría a todos un favor la alcaldesa de Barcelona no presentándose a la reelección, porque Barcelona, y con ella Cataluña, debe evolucionar y ella solo ha traído involución.