La fiscalía pide 10 años de cárcel para Jorge R. M., camarero y portero de una discoteca de Mataró (Barcelona) acusado de violar a una menor en un almacén del local de ocio nocturno. Los hechos, según la denunciante, ocurrieron en 2016, cuando ella tenía 17 años, y se han juzgado este viernes en la sección séptima de la Audiencia de Barcelona. Él lo niega todo.
Según la versión de la denunciante, que tiene hoy 23 años, los hechos sucedieron en la madrugada del 27 de marzo del 2016. Ella, malagueña, acudió con unas amigas a una discoteca del puerto de Mataró para celebrar su despedida de la ciudad, en la que estaba de vacaciones con su familia. Asimismo, ha explicado ante el tribunal que conocía el local y al personal, ya que solía acudir los fines de semanas e, incluso, que había mantenido relaciones sexuales consentidas un par de veces con el acusado.
Un cóctel azul
Sin embargo, esa noche, ha relatado, el procesado le ofreció un cóctel de color azul y, tras darle "tres tragos", comenzó a encontrarse mal y a sentir que "todo le pesaba e iba muy despacio" aunque no había ingerido antes bebidas alcohólicas. Decidió entonces salir a la calle a fumar, momento en el que otro de los porteros la invitó a que entrara en el almacén --el mismo lugar donde, ha dicho, había mantenido con anterioridad relaciones sexuales con el acusado-- con la excusa de reponerse.
Ella, ha continuado, se negó, pero el trabajador la condujo a la estancia, donde la estaba esperando el procesado, que presuntamente cerró la puerta con llave, se desnudó, la puso contra la mesa y la violó, aunque la chica trató de oponerse y zafarse del agresor y verbalizó en varias ocasiones que no quería, según recuerda. Otro empleado de la sala la encontró llorando. Estuvo en el almacén "tres o cuatro horas", le dijeron sus amigas.
El acusado: "Iba alcoholizada"
Tras la violación, la sacaron del establecimiento "alterada" y con "ansiedad" y fue el personal de seguridad del puerto quien avisó a los Mossos d'Esquadra, aunque en un primer lugar dudó en denunciar por miedo al rechazo de su familia, de religión musulmana.
Por su parte, el acusado, cuya hermana era la encargada de la discoteca, ha negado que conociera a la víctima de otros días y ha aseverado que jamás ha mantenido relaciones sexuales con ella. En su defensa, ha afirmado que la joven iba "alcoholizada", "no podía mantenerse en pie" y "molestaba a los clientes" del local, por lo que pidió a un compañero que, si la veía, la condujera al almacén "para darle agua con azúcar".
Multa e indemnización
De acuerdo con su versión, no fue hasta pasado un tiempo cuando la encontró en el exterior de la discoteca, sentada en una escaleras y asegurando que la habían violado. También ha insinuado que la víctima lo habría denunciado por interés económico o bien "por alguna obsesión", al aseverar que escuchó a alguna de sus amigas diciendo "sácale, que tiene pasta".
Jorge R. M. está procesado por un delito de violación y otro leve de lesiones y enfrenta. Aparte de los 10 años de prisión, se pide para él una multa de 1.080 euros y el pago de una indemnización de 15.240 euros por los hechos que se le imputan.