El Croscat es el último volcán que entró en erupción en Cataluña, hace más de 13.000 años. Este está en la comarca de la Garrotxa (Girona), al noroeste del municipio de Santa Pau, y es uno de los principales reclamos turísticos la zona.
En Cataluña se ubican varios montes que han entrado en algún momento en erupción, pero el lugar con mayor concentración de ellos es el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Allí se encuentran más de 40 conos volcánicos y cerca de 20 coladas, formadas por los restos de lava.
Los estudios recientes
El estudio más reciente para determina cuándo tuvo lugar la última erupción del Croscat se hizo en 2012. La datación corrió a cargo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la Universidad de Girona (UdG) y el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes).
El equipo de científicos fechó la explosión mediante el método del carbono 14 o radiocarbono, que permite conocer la edad de la materia orgánica. En concreto, de aquella que estaba presente en el suelo que fue cubierto por la lava. Los resultados determinaron que la actividad volcánica más reciente habría tenido lugar hace ente 13.040 y 13.270 años.
¿Cuándo entra en actividad?
El Croscat, como todos los volcanes de esta región, se encuentra inactivo. No obstante, las erupciones son uno de los fenómenos más impredecibles de la naturaleza y es difícil saber cuándo va a tener lugar la siguiente. A pasar de ello, casi todas tienen factores en común, como los seísmos, las emisiones de gases, la deformación de la estructura o el aumento de las temperaturas en las aguas cercanas, que se dan antes de tener lugar una explosión. Por ahora, ninguna de ellas se han registrado en Cataluña.
En el interior de estas estructuras hay roca líquida con una temperatura que oscila entre los 700 y los 1.500 grados, que busca la forma de salir. Asimismo, se van acumulando gases y roca fundida haciendo que el magma, que está a varios kilómetros de la superficie, ascienda debido a la presión. Al hacerlo, funde las rocas que encuentra a su paso, sumando así más empuje, hasta su erupción.