El Grupo Colaborativo Multidisciplinar para el Seguimiento Científico del Covid-19 (GCMSC) descarta, por ahora, la necesidad de una tercera dosis de refuerzo de la vacuna contra el virus en la población general, según ha indicado en un comunicado.
Los investigadores del grupo, promovido por el ISGlobal y el Colegio de Médicos de Barcelona, han llegado a esta conclusión tras analizar los estudios que se han hecho hasta la fecha, los cuales indican que las vacunas actualmente aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) “inducen una memoria inmunológica de larga duración”.
Dosis adicional en inmunosuprimidos
Aun así, los científicos se han mostrado a favor de administrar una dosis adicional en algunos grupos de pacientes inmunosuprimidos, pues consideran que hay “evidencia sólida” de su necesidad para alcanzar niveles de inmunidad similares a los observados en el resto de la población.
En estos casos, la tercera dosis “debe considerarse” parte de la pauta de vacunación en lugar de una dosis de refuerzo. De hecho, España ya ha comenzado a hacerlo en algunos de estos casos: pacientes con trasplantes de órganos sólidos, neoplasias tratadas, personas en hemodiálisis y con infección avanzada por VIH. En Cataluña, este colectivo representa cerca del 0,5% de la población, lo que se traduce en unas 40.000 personas.
Tercer pinchazo para los mayores
Asimismo, el grupo de expertos han considerado que los mayores, especialmente los de más de 80 años, y los que no hayan pasado la enfermedad necesitarán una vacuna de refuerzo porque su respuesta inmunitaria es menor. No obstante, han detallado que es necesario acumular más datos para establecer criterios “claros” de edad y fragilidad de esta dosis adicional, que han sugerido que se administre durante la campaña de vacunación contra la gripe del próximo invierno.
Los expertos también valoran “un seguimiento concreto” para el personal sanitario debido a su mayor exposición a la enfermedad. De hecho, algunos estudios muestran un aumento de la incidencia de infecciones en dicho colectivo, aunque aclaran que la mayoría de estas “son leves y aún no se sabe en qué medida se deben a una posible pérdida de eficacia vacunal y en qué medida a una mayor circulación de la variante delta en la comunidad y a la relajación de medidas no farmacológicas”, detallan.