El Govern intentará ampliar el toque de queda nocturno a 62 municipios catalanes después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) rebajara la medida propuesta por la Generalitat y limitara su aplicación a solo 19 localidades frente a las 148 que inicialmente pretendía. Tras esta decisión, el Ejecutivo autonómico ha señalado en un comunicado que persistirá en su pretensión de que la restricción a la movilidad nocturna contra el avance del coronavirus llegue a más pueblos y ciudades, aunque reduce la lista de municipios para los que solicita la medida.
Pese a la resolución del alto tribunal, las autoridades sanitarias catalanas todavía consideran necesario confinar Barcelona. La lista propuesta este viernes por el Govern incluye también grandes ciudades como L'Hospitalet, Cornellà, El Prat, Lleida, Girona, Tarragona, Mataró, Sabadell y Terrassa.
Se rebajan los requisitos
El Ejecutivo demanda que en los 62 municipios para prohibir los desplazamientos y la circulación en la vía pública entre la una y las seis de la madrugada. Quedan excluidos de esta restricción los desplazamientos esenciales, que deben ser justificados.
Por otro lado, rebaja el criterio para confinar a los municipios, que responde a la incidencia del virus. De ser aceptada, la propuesta implicaría aplicar el toque de queda en pueblos de más de 5.000 habitantes con más de 250 casos diagnosticados en la última semana por cada 100.000 habitantes y en las ciudades de más de 20.000 habitantes con más de 125 casos.
Una solución "proporcionada"
El gobierno catalán justifica la necesidad de ampliar el toque de queda con el argumento de que para controlar la pandemia es necesario reducir las interacciones sociales, especialmente las de los más jóvenes. Son el grupo de edad menos vacunado y con mayor incidencia de la enermedad. Remarca que son quienes más interactúan en horario nocturno.
También defiende la medida propuesta como "proporcionada" ante la situación epidemiológica, en previsión de una futura deliberación por parte del TSJC. Una restricción a la movilidad nocturna que afecta a los derechos fundamentales --de ahí la revisión del tribunal--, pero que la Generalitat tilda de imprescindible para consolidar el fin de la quinta ola de la pandemia.