En la playa de las Coves de Sitges se encuentran los restos de la mítica discoteca Atlántida, uno de los enclaves más conocidos del ocio nocturno en Cataluña desde la década de 1970 hasta 2014, cuando este templo de la música house e icono gay cerró tras un largo proceso judicial. Ahora, sin embargo, está más cerca de reabrir, aunque con una función distinta a la original: un beach club.
Las ruinas de la Atlántida se encuentran en una zona protegida por su biodiversidad, uno de los motivos por los que la justicia determinó su cierre. En concreto, una parte de la construcción invade un área preservada por la ley de costas. Sin embargo, ahora se ha autorizado el derribo de estos muros, en cumplimiento de una sentencia impuesta por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), lo que ha reavivado los rumores sobre una posible reapertura.
Dos sentencias firmes
Cabe recordar que Atlántida tiene dos sentencias firmes del TSJC en contra. Una por no actualizar la licencia ambiental y otra por unas obras que Martín Ferrer, el dueño y propietario de la discoteca ibicenca Amnesia, acometió con motivo de una ampliación. El ayuntamiento de aquel momento aprobó la reforma a pesar de que incumplía la normativa.
Ahora, el consistorio ha autorizado el derribo de parte de la discoteca, la que vulnera la ley de costas, para que los propietarios den cumplimiento a la sentencia judicial.
Rumores de reapertura
La ejecución de la sentencia en este momento ha avivado las conjeturas sobre el futuro del espacio. Y todas las miradas apuntan a Martí Ferrer, el hijo del propietario, como principal interesado en reabrir la Atlántida.
“Notas en el diario local, entrevistas en la radio y la televisión, incluso existe un grupo de apoyo a Atlántida en Facebook con el que se está haciendo presión”, detalla Silvia Parcerisas, secretaria de la Asociación de Propietarios de Terramar. Los movimientos inquietan tanto a vecinos como a ecologistas, que no ven con buenos ojos una reapertura.
Espacio protegido por la normativa europea
A los ecologistas les preocupa la vuelta de la actividad en la zona por el enclave en el que está. Jesús Coines, portavoz de la entidad Biodiversitat Sitges, recuerda que Atlántida se encuentra en “suelo no urbanizable y en zona de especial protección natural”. Además, ésta se halla bajo el amparo europeo de la Red Natura 2000.
Por lo tanto, solo se podría dar licencia a “actividades relacionadas con la preservación, divulgación y disfrute del espacio natural, que no afecten a los ecosistemas existentes y con las mínimas obras posibles”, explica el activista.
Quejas vecinales
Los vecinos tampoco están de acuerdo con una reapertura, ya que las malas experiencias en el pasado les llevan a desconfiar de los propietarios: “Llenaron esto de drogas, pero, sobre todo, de lo que nos quejábamos era de que aparcaban en Terramar, hacían botellón desde la tarde y había muchos incidentes”.
Algunos residentes de la zona advierten de que, esta vez, “se quiere presentar un proyecto en el que pasar de discoteca a beach club, pero al final el resultado es el mismo, el mismo impacto: afluencia de gente, contaminación lumínica y acústica, generación de residuos, basura…”.
El ayuntamiento estudia distintas propuestas
Por parte del ayuntamiento, no se tiene constancia de forma oficial de ningún proyecto en torno a Atlántida. Aunque la Administración admite que “se están barajando diferentes opciones desde el ámbito privado”.
“Ignoramos qué puede hacer la Generalitat, pero el actual equipo de gobierno de Sitges no contempla, ni parece viable legalmente, que la antigua Atlántida vuelva a abrir como discoteca”. Y añade que, “al final, como también es competencia de la Generalitat y del Ministerio de Costas, no depende únicamente del posicionamiento municipal”.
No regresará como discoteca
Aun así, la licencia de discoteca resulta imposible, de hecho, lo es cualquier tipo de actividad que no esté en armonía con el espacio natural en el que se encuentran los restos arquitectónicos del garito.
Fuentes de la Atlántida también subrayan que ésta “no volverá a ser jamás una discoteca”. Sin embargo, admiten llevar “años intentando dar una salida al espacio”, pero “no es una normativa fácil”, aunque creen que son “incluso más conscientes de la normativa real que gente del ayuntamiento”.
Los promotores admiten movimientos
“La intención es transformar la antigua Atlántida en un lugar de ocio, donde se desarrollen actividades acuáticas y de restauración que sean amables con el medioambiente”, explican los responsables de la nueva iniciativa. Admiten que aún no existe un proyecto definido, aunque piden “un voto de confianza” cuando se apruebe.
En última instancia, todo dependerá de lo que se permita desde las Administraciones, por eso los vecinos temen que el ayuntamiento “caiga en tentaciones” y reclaman que “se cumpla la ley”.
No cumplía con la normativa
Silvia Parcerisas se remonta a “hace siete u ocho años”, cuando “tras un largo proceso judicial, se cerró la discoteca”. La portavoz recuerda los inicios del procedimiento contra Atlántida: “Un estudiante de Derecho de Vilanova, en sus primeros años de carrera, se fijó mientras viajaba en tren en que la discoteca estaba situada a muy poca distancia del mar”.
El joven estudiante “fue al ayuntamiento a pedir la licencia y no se la quisieron enseñar, aunque en teoría este tipo de documentos son públicos. Esto le mosqueó y se interesó por el tema, pues sabía que no se estaba cumpliendo con la normativa”, continúa.
La discoteca cerró en 2014
Este fue el principio del fin de la discoteca. Asimismo, los problemas legales de Atlántida empezaron en 2006, cuando el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) prohibió el uso recreativo de la zona, aplicando las normas del plan de costas y las restricciones de la normativa urbanística de 2001.
A partir de aquel momento, la discoteca debió perder la licencia para no seguir en funcionamiento. Sin embargo, se le concedió una prórroga de dos años que sobrepasó con creces, y siguió operando hasta su cierre en 2014. En unos meses podría reabrir como beach club.