Los hijos, más allá de los 40 años. Esa parece ser la preferencia de las madres españolas, que han convertido a nuestro país en el segundo de la UE donde se tienen hijos más tarde, por encima de los 31 años, sólo por detrás de Italia, según la última encuesta de Eurostat. De hecho, hay dos datos francamente reveladores: en España, en 2020, fueron madres más mujeres de 40 o más años (40.525) que menores de 25 (32.379); y el 88% de las españolas menores de 30 años no tiene hijos. Sin embargo, la maternidad más allá de los 40 comporta ciertos riesgos, que empiezan ya en el momento de concebir.
Si, a esa edad, las posibilidades de concebir de forma natural se situan en el 5%, una vez logrado el embarazo, “el riesgo de aborto espontáneo en el primer trimestre es claramente superior (40%) queen mujeres más jóvenes (un 25% a los 30 años y del 20% por debajo de los 30). Por otro lado, también aumenta el riesgo de alteraciones cromosómicas”, explica la Dra. Sofía Fournier, ginecóloga especialista en Medicina Maternofetal y Obstreticia de Alto Riesgo en Gynaikos.
Superar el primer trimestre
Una vez superado, “en el segundo y tercer trimestre de gestación aumenta el riesgo de patologías médicas asociada al embarazo, como son la diabetes gestacional y la preeclampsia. El riesgo de padecerlas aumenta con la edad materna. Además, la por encima de los 40 años hay más posibilidades de finalizar el parto con una cesárea. Esto se debe a que cuando aparecen problemas médicos --como los ya mencionados--, suele ser necesario inducir el parto, y alrededor del 30% de las inducciones acaban en una cesárea”, añade esta ginecóloga catalana.
Otro riesgo que aumenta de forma exponencial con la edad de la gestante es la posibilidad de que el bebé tenga síndrome de Down. “Hace unos años, se hacía amniocentesis a toda embarazada mayor de 37 años, porque el riesgo asociado de tener un bebé con Down era de 1 por cada 270. Actualmente, este riesgo puede bajar si la ecografía que hacemos en la semana 12 y la analítica asociada a nivel hormonal, entre la ocho y la 10 son normales. El riesgo de que el bebé sufra este trastorno genético se debe situar más o menos alrededor de 1/80 si la madre está en la cuarentena. Hay otras alteraciones cromosómicas cuya incidencia no está relacionada claramente con la edad de la progenitora, como pueden ser la trisomía 13 --síndrome de Patau-- y la 18 --síndrome de Edwards--”, aclaran desde Gynaikos.
¿Más posibilidades de depresión posparto?
Aunque se acostumbra a relacionar una mayor edad con la depresión posparto, lo cierto es que, en este caso, “no es algo significativo. La depresión tras parir se asocia más a pacientes que durante la etapa pregestacional o la gestación han tenido un estado anímico o emocional no todo lo estable que nos gustaría. En ese sentido, tener más años se asocia a mayor probabilidad de haber llegado hasta el embarazo con una técnica reproducción asistida y este proceso puede aumentar el estrés. Si es el caso, y encima durante la gestación se ha sometido a diversos controles porque se ha clasificado como de alto riesgo obstétrico, si podría tener mayor riesgo de padecer una depresión postparto”, apunta Founier. Eso sí, matiza esta conocida ginecóloga (@unamamiquesemima en Instagram), “ahí ya no sería asociada a la edad, sino inherente a las circunstancias que pueden haber llevado a la gestación a esa edad avanzada”.
Aunque la Dra. Fournier es una firme defensora de la maternidad pasados los 40, sí cree importante destacar que “no es lo mismo un primer embarazo por encima de los 45 años que un segundo o un tercero. Cuando la madre no es primeriza, siempre podemos mirar cómo fue la primera gestación; si realmente tuvo alguna complicación médica o no. Y si ese primer embarazo transcurrió sin problemas, eso resulta relativamente tranquilizador de cara al segundo. En cambio, con una paciente que se embaraza por primera vez a los 45 años, partimos de cero. No sabemos realmente qué riesgos médicos va a desarrollar o no, por lo que desde el principio la tenemos que vigilar muy de cerca”, insiste esta obstetra.
Dieta sana y deporte
Por ello, la Dra. Fournier recomienda a aquellas embarazadas de más de 40 años que sean conscientes de los riesgos que tiene su gestación, que mantengan una dieta sana, hagan deporte, estén en su peso, que acudan a los controles de forma rutinaria, estén abiertas al diálogo con el médico y entiendan la situación en la que se encuentran. "A partir de ahí sólo nos queda apoyarlas, porque en la grandísima mayoría de casos es una maternidad muy meditada, muy buscada y con una historia personal digna de ser escuchada. Es decir, no las podemos tildar de inconscientes. Si se han quedado embarazadas más allá de los 40 seguramente habrá sido porque el plan A no funcionó, los planes B, C y D tampoco, y finalmente en el E han logrado su objetivo. Con lo cual, ante todo, respeto para estas pacientes. Pero, sobre todo, es importante que entiendan que están jugando en la Champions y que la Champions es sinónimo de alta exigencia”, manifiesta Sofía Fournier.
Sin embargo, aunque se tendrán que cuidar un poquito más que una chica de 25 años, la maternidad a esta edad tiene otras ventajas. Según un estudio de Aarhus University de Dinamarca, las madres mayores educan imponiendo menos castigos y con menos violencia verbal que las más jóvenes, lo que repercute en el bienestar emocional de los niños. “Es una maternidad más serena, más consciente, más buscada, quizás más trabajada y en un plano socioeconómico de mayor estabilidad, por lo que a este bebé le van a poder ofrecer toda una serie de atenciones que quizá cuando estaban iniciando su carrera profesional no podrían haberse planteado”, finaliza la Dra. Fournier.