La fiscalía pide dos años y seis meses de prisión para el acusado de fingir ser el propietario de un piso en Barcelona, venderlo y alegar que el inmueble estaba ocupado para retrasar así la supuesta entrega a la nueva dueña.
Según el escrito de acusación del ministerio público, en noviembre de 2017 A.C. simuló tener una vivienda en propiedad en la capital catalana y se la ofreció a la víctima por entre 250.000 y 300.000 euros.
Okupas para vender un piso ajeno
Como el piso no era suyo, el hombre inventó que allí se habían instalado okupas y que, por tanto, la nueva propietaria aún no podía acceder al mismo. Esto no evitó "el pago de cantidades parciales" por parte de la compradora, hasta que los supuestos allanadores hubiesen abandonado el lugar.
En total, la mujer estafada pagó al procesado 4.200 euros. También otros 800 euros más en concepto de desalojo de los okupas. Según señala la fiscalía, la intención de la compradora era fijar su residencia en el piso.
Cárcel por estafa
No fue así porque el hombre no era su legítimo propietario. El ministerio público solicita para él dos años y seis meses de prisión por un presunto delito de estafa, y una indemnización de 5.000 euros para la víctima.