La generación Z se conoce también como la hornada de los “nativos digitales”. Pero esta etiqueta “da una falsa idea de lo que realmente sabe este grupo generacional sobre el mundo digital”. Quien así lo expresa es la doctora en Sociología y autora de Tu no ets la meva selfie, Liliana Arroyo, quien añade: “No podemos esperar que los jóvenes mantengan una actitud crítica y consciente con todo aquello que hacen, consumen o ven a través de sus pantallas”.
Este grupo no solo se comunica e interacciona con sus dispositivos móviles como principal herramienta, sino que además utiliza un vocabulario diferente. En su libro, la doctora dedica un apartado a los cambios en el lenguaje de los jóvenes y su estrecha relación con las redes sociales: “El mundo digital está lleno de neologismos y, a veces, no son solo nuevos conceptos, sino también nuevos códigos de lenguaje”.
La lengua sufre cambios de forma continua
Según explica la doctora en Lingüística Rosa Estopà, “los neologismos son palabras nuevas, el problema está en determinar cuáles se consideran como tal”, ya que un término que es nuevo para una persona, quizá no lo sea para otra. “PCR para los médicos era un concepto conocido, pero para el resto, no”, ejemplifica la lingüista. La lengua sufre transformaciones, “el cambio léxico por razones generacionales es un proceso universal que indica que una lengua está viva; si esto no pasa, significa que existe algún problema”.
Así, es posible viajar en el tiempo a través de las palabras, porque cada grupo generacional tiene su propio argot, que es “el léxico y la fraseología de un grupo social muy concreto”, según explica Estopà. Guay, efectiviwonder, flipar en colores y dabuten eran expresiones que las generaciones de las décadas de 1980 y 1990 reconocían como propias, que sus padres no entendían, y que para las más jóvenes han quedado anticuadas.
Un nuevo vocabulario que deriva de las redes sociales
Como sus padres, la generación Z también tiene su propio “diccionario”. Parte de los neologismos que utiliza esta generación provienen del inglés o bien son tomados del castellano con nuevos significados. Como salseo, que es lo mismo que cotilleo; real, como una manera de acentuar que algo es de verdad; o de locos, una muletilla que utilizan muchos jóvenes para expresar que algo les gusta o les sorprende.
También es evidente la influencia de las redes sociales, que para la doctora Arroyo “son clave” en la formación de nuevos conceptos. Por ejemplo, stalkear significa espiar a través de las plataformas digitales; spamear, enviar mensajes de forma compulsiva; y shippear se refiere al deseo expresado de que dos personas tengan una relación.
Los padres no entienden a sus hijos
¿Y si en mitad de una conversación tu hijo adolescente te llama boomer? Piensa que estás anticuado. ¿Y si te dice que tu camisa es cringe o que está living con sus bambas nuevas? Con lo primero se refiere a que tu prenda no le gusta nada; con lo segundo, todo lo contrario, que está encantado con sus zapatillas.
Los jóvenes emplean estas expresiones con los miembros de su generación. El uso de estas palabras con personas de otras edades, “si no comparten los mismos códigos”, aclara Rosa Estopà, “podría llevar a malos entendidos”. Así, si tu hijo te dice que tiene un crush, no te asustes, es que tiene un amor platónico.