Es la vida a todo tren de Pablo Ardila, expolítico colombiano detenido en Barcelona por presuntos abusos sexuales, trata de personas y blanqueo de capitales. Personas cercanas al exgobernador suramericano han descrito con todo lujo de detalles como Ardila y su mujer, L., se movían por la noche barcelonesa "sin pasar desapercibidos".
El que fuera gobernador de Cundinamarca, el departamento dibujado en torno a Bogotá, la capital del país, "aparentaba tener mucho dinero". Ardila y L. vivían en la zona sur de Barcelona, donde anidan futbolistas del FC Barcelona y otros residentes acaudalados que buscan escapar del bullicio urbano. Desde la zona de Castelldefels-Gavà --zona donde reside, por ejemplo, Leo Messi--, la pareja cultivaba una "intensa vida nocturna".
"Llegaban de Sutton en Bentley"
El ajetreo vespertino del dúo les llevaba a templos de la noche catalana como Pachá, en el frente Litoral, o Sutton, en la zona alta. Y no discretamente. "Se hacían notar. Venían con coches de 200.000 o 300.000 euros. Un día acudían en Ferrari; otro, en un Bentley", explican fuentes de su entorno.
Quienes les conocen destacan su "arraigo" en Barcelona, donde la familia regenta una coqueta clínica de cirugía estética, negocio en el que este sábado nadie atendía al teléfono. Tras la detención del expolítico, las redes sociales del centro sanitario sí se han llenado de comentarios irónicos.
Caza, viajes y un yate
Algunos de los internautas han bromeado sobre la afición a la caza del exgobernador, que ahora está en custodia en la cárcel de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) tras ser detenido por la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía Nacional. A este respecto, cabe destacar que Ardila apareció años atrás en el magazín Don Juan haciendo gala de trofeos como una colección de colmillos de elefante, que utilizaba, en algunos casos, como asientos de comedor.
El investigado tenía otros hobbies. "Les gustaba mucho viajar --Moscú, Lucerna, Roma, Estambul o Berlín-- y, también, el mar. En Barcelona se compraron un yate muy caro, y no de segunda mano", avisan las mismas voces.
"Él, discreto; ella, por delante"
En sus apariciones públicas, el ahora sospechoso de varios delitos se mostraba "discreto" y cedía el testigo a su mujer, de quien quienes la conocen describen como "una profesional como la copa de un pino" desde su lujoso estudio de cirugía en la mejor zona del Eixample, compitiendo en lujo con el propio Hotel Mandarin y un sinfín de boutiques.
El también exeditor de El Espacio, un rotativo colombiano que ahora ha dado el salto al online, mantenía un equilibrio entre "cierta privacidad y acudir a los actos sociales en los que uno se tiene que dejar ver", como en el Gran Teatro del Liceu. Ello provocaba que muchos se preguntaran "de qué vivía la pareja", pues su elevado tren de vida despertaba curiosidad, cuando no sospechas. Hasta ahora.