Este domingo 28 de marzo se producirá el cambio de hora al horario de verano. En esta ocasión, se deberán adelantar las agujas del reloj una hora, de forma que a las dos serán los tres. La consecuencia inmediata es menos tiempo de sueño, pero también implica días más largos y más sol. Los expertos estiman que esta modificación supone un ahorro eléctrico del 5% en España, que equivale a 300 millones de euros.
El reajuste horario se hace en todos los estados de la UE con el objetivo de adaptar las horas de trabajo a las de luz natural. En la actualidad prosigue el debate en el seno de la CE sobre la necesidad de cambiar las horas. El Parlamento Europeo planteó que 2021 fuera el ultimo año con modificaciones, pero debido a las eventualidades de la pandemia, el debate sobre qué horario fijar como permanente no ha sido una prioridad para los países. No se sabe cuándo será el reajuste definitivo.
Más cansancio
El hecho de adelantar o retrasar una hora dos veces al año tiene un impacto en el organismo, que debe reajustar sus procesos vitales al nuevo cronograma. Durante los primeros días, es normal sentirse más cansado, dado que se duerme una hora menos, pero se trabaja en las mismas condiciones. Sin embargo, al cabo de unas jornadas (el tiempo exacto depende de la persona), el cuerpo se habrá adaptado y ya se podrá disfrutar de las bondades de los días más largos y del buen tiempo.
Los niños y los ancianos son los que más sufren los efectos del reajuste horario. En este sentido, pueden sufrir insomnio, somnolencia, irritabilidad o mareos. Es por esta razón que, principalmente en los mayores, debido a su condición vital, hay que intentar que la transición sea más progresiva.