El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, se ha mostrado disconforme con la decisión del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 5 de anular el tercer grado a los presos independentistas de Lledoners. De la misma forma, ha afirmado que atenta contra el derecho penitenciario.
En un comunicado, Ribó ha hecho especial mención a que el tercer grado es una manera de cumplir la pena. Por medio de esta explicación ha querido contraargumentar la posición del juzgado, que considera el tercer grado como un vaciado de la pena, y ha recordado que en esta figura penitenciaria los internos siguen sin tener libertad deambulatoria.
“Ofensa a los derechos más fundamentales”
El Síndic ha expuesto que los siete presos son sujetos de derechos y ha denunciado que se establezca una vínculo entre el acceso a un determinado régimen penitenciario y someterse a un programa de reinserción que "tiene como finalidad inculcar determinadas ideas". En este sentido, ha considerado que: "Renunciar a la propia ideología debe considerarse una vulneración de la libertad ideológica".
Ribó ha apuntado, en relación a los presos, que las decisiones judiciales que ataquen su libertad ideológica o de pensamiento serán "una clara ofensa a los derechos más fundamentales". Por otra parte, critica que el auto se queje de que la progresión de régimen penitenciario haya sido simultánea y homogénea en todos los presos. En esta misma línea, considera que se podría hacer la misma denuncia hacia el tribunal competente, dado que "toma exactamente la misma decisión para todos ellos a pesar de sus circunstancias individuales".