Una veintena de alumnas del Institut del Teatre han denunciado presuntos acosos y vejaciones por parte de un grupo de profesores de la academia pública durante los últimos 30 años.
Según una información publicada por el diario Ara, elaborada con más de cien testimonios, la institución cobijó durante años a un colectivo de docentes que practicaron abuso de poder con sus estudiantes. Este abuso consistió en comentarios humillantes y de carácter sexual, llegando incluso a los tocamientos personales.
"Todo era perverso"
Las alumnas coinciden en afirmar que los profesores empleaban su posición preeminente en el centro para acosarlas y hacerles tocamientos y que, en algunos casos, les prometían trabajo a cambio de aceptar sus proposiciones.
Algunas de ellas explican que la actitud de los profesores les llevó a abandonar el centro. "Todo era perverso", afirma una. Una exestudiante revela que en 2016 presentó una queja administrativa ante la dirección.
Ollé desmiente las acusaciones
Entre los profesores señalados se encuentran el dramaturgo Joan Ollé, Jorge Vera y Berty Tovías. En el caso de Ollé, los alumnos revelan que utilizaba su influencia en el ambiente teatral catalán para propasarse o avergonzar a sus pupilos, tanto en público como en privado. El autor, que se jubilará este año, ha desmentido los hechos: "No me doy por aludido ante acusaciones anónimas. Que den la cara".
Vera, por su parte, niega las acusaciones pero admite que podría haber comentarios que dolieran a los estudiantes. "Si hay una acusación real, un alumno que dice que lo he dicho fuera de escena, que me ponga una denuncia y le daré la razón. Si alguien se ha sentido herido, me disculpo", agrega. Tovías también desmiente la información y añade que si se dieron situaciones humillantes fue "sin mala fe".
Explicaciones del centro
El Institut del Teatre no tiene denuncias formales, aunque acepta que ciertos comportamientos no han sabido abordarse adecuadamente durante muchos años. En 2018, el centro de formación aprobó un protocolo contra el acoso sexual.
La directora del centro, Magda Puyo, explica al diario que ciertas actitudes de docentes responden a una manera de hacer de una generación pasada, y que ahora se trabaja "para que ningún alumno se sienta violentado, agredido o molestado".