Joaquim Soy Espuña, conocido como El Nardo de Olot, murió el sábado a la edad de 97 años. Nacido en 1924 fue uno de los toreros más reconocidos de la capital de la Garrotxa en la década de 1950.
El olotense fue toda una leyenda de la tauromaquia catalana, a pesar de su corta carrera. Debutó en 1955, con 31 años, en la plaza de Toros de Olot y se retiró en 1961, habiendo toreado también en Cardona y Sarrià de Ter. Durante este tiempo, participó en una decena de corridas y estuvo a punto de debutar en la Monumental de Barcelona.
Origen humilde
Hijo de serrador y de ama de casa, creció en una familia muy modesta, con ocho hermanos. No tuvo una profesión concreta y sí muchos trabajos, una circunstancia que lo había convertido en un hombre muy conocido en Olot: pastor, representante de comercio, obrero de fábrica y jardinero fueron algunas de sus ocupaciones.
El Nardo llegó a explicar en reiteradas ocasiones que solo le había pillado en una ocasión un novillo, que le dio un revolcón. “Me dejó con la oreja colgando, explicaba siempre que podía”. “Doce puntos de sutura y vuelta al trabajo”, añadía.
Torero con 5 años
Su trayectoria como torero comenzó con solo 5 años, con animales de madera empujados por sus amigos. El Nardo toreó más novillos que toros hasta que se retiró de las plazas. Además de torero también fue jardinero del Ayuntamiento de Olot. Durante esta profesión, decidió plantar nardos, y de ahí su apodo.
El Nardo fue el máximo exponente de la tradición taurina de Olot y vivió la época dorada del toreo en Cataluña. Su mejor actuación fue el 23 de octubre de 1960 en la plaza de toros de Olot, cuando se llevó las orejas, el rabo y la pata del toro.
Un libro y un pasodoble
Quim Soy fue uno de los propietarios de la plaza de toros de Olot. Una de las últimas apariciones públicas donde se le vio fue en 2011 cuando cedió sus acciones al ayuntamiento. Además también hizo entrega al Archivo Municipal de diferentes carteles de corridas de toros.
La historia de El Nardo también se ha dejado escrita en un libro de Natalia Molero, titulado Nardo: Un torero de Olot. Y es que su nombre ha estado siempre vinculado con la cultura popular de la capital de la Garrotxa, y más, después de que Joan Casulá le escribiera un pasodoble que ha hecho que aún hoy sea recordado por muchas generaciones.