La mística no está reñida con la comodidad. Alejandro Carbó es el fundador de We Are Avalon, una empresa que organiza retiros espirituales en la placidez de la Girona rural. El proyecto de este joven emprendedor se enfoca a un público de posición holgada que atraviesa un valle de inquietudes y busca alternativas para enterrar su malestar.
Mediante ceremonias tradicionales basadas en el consumo de ayahuasca, un brebaje con facultades alucinatorias, el equipo de Avalon promete un viaje sanador basado en la transformación interior. Una aventura que sustituye los gajes de la selva por confortables instalaciones a la medida de yuppies con vacío existencial... y conexión al wifi.
Retiro de ayahuasca / WE ARE AVALON
"Nuestro público no es 'hippie'"
Lo cuenta el propio Carbó: "En Barcelona hay bastante oferta, aunque más económica. Lo hacen en una masía con sacos de dormir o en un tipi. Para llegar al público que nos interesa, no podemos ofrecer lo mismo. Tenemos un público con poder adquisitivo medio o alto. No son hippies", subraya.
La experiencia incluye etapas intensas que pueden provocar miedo o dolor, continúa, por lo que "no tener una ducha caliente" podría desincentivar a muchas personas. El líder de la iniciativa también destaca otra razón: "El proyecto nace para cambiar el mundo. Si hiciera una propuesta de tipi para beber ayahuasca, solo modificaría la vida de alguien en su pequeño universo. Pero si hago una para directivos, por ejemplo, propiciaré un cambio trascendental". Entre levantar el pavimento o reformar los cimientos, Carbó escoge la segunda opción.
Experiencia holística
La organización ofrece dos formatos de cuatro o seis días con un programa "holístico". La estancia incluye actividades pensadas al detalle para cubrir todas las facetas del bienestar humano. Desde talleres de integración por parte de un psicológo --se conoce por integración el proceso de readaptación a la conciencia ordinaria tras el consumo de ayahuasca--, sesiones de yoga y meditación, masajes y clases de control de la respiración. La alimentación también se cocina siguiendo el ritual ancestral y todos los productos proceden de una fuente orgánica.
La clave de la apuesta son las experiencias con enteógenos guiadas por chamanes llegados de Sudamérica hasta La Farinera de Sant Lluïs, en Pont de Molins (Girona). A través del rito Shipibo, los participantes alteran sus estado cognitivo y penetran hacia un terreno ignoto. La mayoría de psiconautas sale satisfecho: "Las personas nos responden con un sentimiento de agradecimiento muy profundo y se van habiendo sacado algo muy importante".
Precios de alto estatus
Pese al aspecto aparentemente religioso del trance, Carbó señala que no es necesaria ninguna divinidad en el proceso. "Hay puntos de vista que lo tienen en cuenta, como los Santo Daime de Brasil. Pero nosotros seguimos el punto de vista chamánico de los indígenas americanos".
¿Cuánto cuestan estos servicios? El próximo encuentro, programado en marzo, tiene precios desde 1.600 euros a 2.700 euros. La horquilla varía en función de si el interesado viene acompañado, dura más o menos días y prefiere mejores prestaciones.
Confort ante todo
Sin duda, el precio no es apto para todos los bolsillos, pero la cantidad de recursos involucrados justifica el coste. La única limitación para formar parte de una reunión son los problemas de salud: "Antes de venir hay que rellenar un informe médico bastante exhaustivo y tener una videoconferencia conmigo. Hay varias líneas rojas, como el consumo de antidepresivos y de otras sustancias, que no dejamos traspasar".
Además, los clientes no solo son locales, sino que proceden de países como Reino Unido, Suecia y Canadá. Lograr que el ambiente sea totalmente acogedor facilita la inmersión mística, si no en la primera ocasión, sí en las sucesivas. "Hemos tenido muchos casos de depresivos o adictos a cocaína. Se trata de hacerlo fácil, no de meternos en la selva con los mosquitos y con una lengua distinta", explica.
Dinero y espíritu
Preguntado sobre el eterno dilema de si es posible conjugar lo crematístico con lo espiritual, el empresario expone su punto de vista: "El dinero es neutro, depende de las intenciones que se le dé. Al principio yo tenía un prejuicio y una dificultad, ya que me lo tomaba como un hobby y solo quería cubrir costes. Ahora espero vivir de esto y lograr reutilizar el dinero que gané para expandirlo y hacer que llegue a más gente".
Al final, Carbó pretende compartir su propia historia. El exfundador de la startup Exclusive Tables, formado en el ámbito de la publicidad y relaciones públicas, también atravesó su particular periplo de búsqueda personal. Con viaje a la India incluido en 2017. "Yo era infeliz conmigo mismo. Tenía altos niveles de estrés y pese a tener una vida rica en amigos, sentía un vacío interior". Tras salir del brete a través del estudio y la experimentación, ahora quiere trasladar todo lo que ha conocido a la sociedad. Y, de paso, ganarse la vida.