Los Mossos d'Esquadra han detenido a dos presuntos organizadores de la rave ilegal que ha durado cerca de 40 horas en Llinars del Vallès (Barcelona). La policía catalana ha apresado a los ciudadanos, que pasarán a disposición judicial en las próximas horas.
Además, otras cinco personas están bajo la investigación del cuerpo policial, que aún prosigue abierta, por su presunta relación con la fiesta clandestina. En ningún momento ha trascendido la identidad de alguno de ellos, ni siquiera ninguna característica acerca de nacionalidad, edad u otros detalles.
Escasa información
Ha dado cuenta de los arrestos la propia policía catalana usando su perfil oficial de Twitter aunque, en principio, hablaron de la detención de tres ciudadanos, que finalmente han quedado en dos tras la actualización que el propio cuerpo ha comunicado, también a través de la red social.
Los Mossos han aportado escasa información, además del apresamiento de las personas que, creen los agentes, serían los organizadores de la parranda que comenzó el jueves en una nave del municipio barcelonés y ha durado hasta el sábado, cuando la ha tenido que interrumpir la Brigada Móvil, los antidisturbios. Están acusados, ha avanzado la Cadena SER, de delitos de desobediencia, resistencia a la autoridad y de un posible delito contra la salud pública.
200 agentes desalojan la fiesta ilegal
Previa a las detenciones, los Mossos se han desplegado con fuerza en los aledaños de la fiesta ilegal, en la que quedaban un centenar de jóvenes tras 40 horas ininterrumpidas de fiesta. La policía catalana ha movilizado a la Brigada Móvil, que se ha apoyado en unidades de seguridad ciudadana (USC), el Área Regional de Recursos Operativos (Arro) y la policía local de Llinars.
Los dos cuerpos han puesto fin de una verbena electrónica de Nochevieja que comenzó el jueves con la llegada masiva de autocaravanas y camiones y que ha terminado hoy con la intervención policial. La actuación de los agentes ha seguido a un torrente de críticas a la Generalitat de Cataluña por su laxitud con la fiesta, que tuvo lugar mientras bares, restaurantes, discotecas y salas de concierto regladas cerraban por orden gubernativa.
Multas de hasta 600.000 euros
Una vez detenidos, ¿a qué se enfrentan los organizadores de la rave de Llinars? El director de los Mossos, Pere Ferrer, ha avisado de la apertura de expedientes sancionadores por la vía administrativa cuyas multas podrían alcanzar los 600.000 euros. Asimismo, ha avanzado que informarían al juzgado de guardia por si concurren conductas que constituyan posibles ilícitos penales.
Ello no ha aplacado a la oposición política y a las patronales de ocio nocturno, Fecasarm y Fecalon, que han arremetido contra el Govern por su "tardanza" en desalojar la fiesta ilegal. También ha habido grietas en el seno del Ejecuivo autonómico, con el ahora presidente, Pere Aragonès, anunciando que revisarían los protocolos del Departamento catalán de Interior. No en vano, la verbena ha durado cerca de 40 horas, pese a que la región está en alto riesgo de rebrote por coronavirus y aplican confinamientos comarcales y un toque de queda entre 22:00 horas y 6:00 de la madrugada.