La Comunidad Valenciana impedirá la llegada de familiares y allegados durante la Navidad

La Comunidad Valenciana ha acordado un endurecimiento del plan de Navidad contra el coronavirus y no permitirá la entrada de familiares ni allegados hasta el 15 de enero, hasta entonces solo se permitirá la movilidad de las personas residentes. El Gobierno autonómico también ha acortado las reuniones a un máximo de seis personas y ha adelantado el toque de queda a las 23.00 horas, salvo los días 24 y 31 de diciembre que será a las 0.00 horas.

Ha sido a última hora de este jueves cuando el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, junto a la consejera de Sanidad Universal, Ana Barceló, ha explicado que ninguna reunión social superará las seis personas, tanto en espacios públicos como privados, "sin excepciones por Navidad". Además, estas personas no podrán pertenecer a más de dos grupos de convivencia.

Cierre perimetral

La Comunidad Valenciana también ha acordado el adelanto del toque de queda a las 23.00 horas hasta el 15 de enero, con excepciones el 24 y 31 de diciembre, que será a las 0.00 horas. Esta medida vendrá acompañada de un endurecimiento del cierre perimetral. No se podrá salir ni entrar del territorio valenciano hasta el 15 de enero, salvo personas que regresen a su lugar de residencia habitual, lo que impide el movimiento de familiares y "personas próximas" que pensaban pasar las fiestas en la comunidad.

Puig ha pedido "disculpas" a la ciudadanía por las nuevas restricciones y por cambiar las medidas apenas 12 días después de anunciar otras, pero ha indicado que, "como todo el mundo puede entender, si la situación epidemológica y de incidencia del coronavirus está cambiando, hay que adaptarse a la nueva realidad para combatir mejor las pandemia porque "peor serían las consecuencias de no hacerlo".

El president ha justificado estas nuevas limitaciones en que la incidencia del Covid-19 ha crecido un 27% en la última semana y que en los últimos cuatro días se han anotado más de 2.000 casos. Esto, según ha dicho, "nos obliga a reaccionar" porque "estamos jugándonos la salud, el trabajo y el futuro de los valencianos y no el cómo celebrar la Navidad".