Efectivos de Mossos d'Esquadra han arrestado en Barcelona a un fugitivo ruso reclamado por Interpol por cometer diversos delitos fiscales en su país. Tras su huida en 2012, se había escondido en varios territorios, aunque fue una denuncia de su pareja, por raptar a la hija de ambos, lo que alertó a las autoridades.
La progenitora denunció que el hombre, de 39 años, podría encontrarse en España junto a la pequeña. Fue entonces cuando la policía autonómica detectó en Premià de Dalt a un individuo que coincidía con el perfil sospechoso.
Negocios, inmuebles y coches
Un ciudadano ruso con alto nivel adquisitivo, propietario de varios inmuebles, coches y negocios, aunque ninguno a su nombre. Los agentes descubrieron así que sobre el hombre pesaba una orden internacional de búsqueda y captura. Una situación que no le impidió abrir varios restaurantes en Barcelona, señalan desde el cuerpo.
Finalmente, fue la pasada semana cuando los agentes lo localizaron en una urbanización de Premià de Dalt, donde había implementado fuertes medidas de seguridad y, finalmente, el 10 de diciembre, los Mossos desplegaron un dispositivo para arrestarlo.
Escoltado por personal de seguridad
La policía dio el alto al sospechoso cuando este se desplazaba a Barcelona en un coche con cristales tintados y escoltado por personal de seguridad. Su destino era una entidad bancaria para abordar "asuntos empresariales con sus abogados".
Los agentes también constataron la veracidad de la denuncia de la madre, y es que el fugitivo había sustraído a la menor sin autorización. Una vez arrestado, el hombre pasó a disposición del juzgado de guardia de la capital catalana, y será repatriado en los próximos días para cumplir su condena.