A veces, en los árboles de Navidad se encuentran algo más que adornos. Eso es justo lo que le ha pasado a una familia australiana. Un koala se ha colado en el árbol de Navidad de la familia McCormic que vive eb Adelaida. Como es común en estas fechas, los McCormic colocaron su abeto en el salón y se fueron a trabajar. Cuando volvieron, observaron el árbol algo revuelto, con adornos en el suelo y al perro de la familia nervioso y olfateando más de lo habitual.
Entonces, se dieron cuenta de que, entre las ramas, colgaba un koala. El animal intentaba de masticar algunas hojas, aunque en realidad se trataba de un árbol de plástico. La familia no podía creer lo que estaba viendo. ”Pensé ¿es esto una broma? Creía que uno de mis hijos lo podría haber puesto como un juguete de peluche, pero no, era un koala real “, explica la madre de familia, Amanda McCormick, al diario The Guardian.
Daphe, una koala curiosa
Lo más sorprendente de esta curiosa historia es que nadie sabe exactamente como el koala llegó hasta allí. Suponen que el animal entró en la casa cuando había alguna puerta abierta y calculan que pasaría dentro unas tres horas. Por suerte, la hija de los McCormick, Taylah, de 16 años, se aseguró de haber dejado el perro fuera de casa antes de salir. Los McCormick llamaron de inmediato a una asociación de rescate.
En concreto, se trata de un ejemplar hembra, al que Taylah ya le había puesto el nombre de Daphne. Antes de despedirse del koala, la joven grabó un video y lo colgó en TikTok, donde pronto se hizo viral. Según los expertos, Daphne tiene unos tres o cuatro años y probablemente entró en la casa porque le gustó el aspecto de su árbol. “Fue una experiencia muy memorable. Después de un mal año, fue bueno tenerla”, concluyen los McCornick.
¿Guirnalda o serpiente?
Aunque parezca sorprendente, no es la primera vez que se encuentran animales exóticos en árboles de Navidad. El famoso árbol de Rockefeller acaparó la mirada de multitud de personas en Nueva York hace unas semanas no sólo por su aspecto, más destartalado que otros años, sino por la sorpresa que traía escondida entre sus ramas: un pequeño búho que se recupera ahora en un centro para aves tras haber pasado dos días de viaje metido en un camión.
Sin embargo, mejor encontrar un koala o un búho en el árbol que confundir una guirnalda con una serpiente de un metro, como le ocurrió a una mujer en Melbourne en 2016, dejando claro que a los animales exóticos les encanta la Navidad.